El embrión del 8-M gallego se gestó hace ahora justo un año en la casa okupa de Santiago que pocos meses después sería desalojada y tapiada por la policía tras un violento enfrentamiento con sus inquilinos. Este edificio okupado por la asociación Escarnio e Maldizer acogió unas jornadas de un grupo feminista, que empezó a perfilar la huelga de este jueves. Se dieron los primeros pasos para poner en marcha una ronda de asambleas a la que se fueron sumando cada vez más colectivos, desde agrupaciones culturales, vecinales, anticapitalistas, estudiantes, ecologistas, asociaciones de transexuales hasta mujeres cristianas. Más de 30 organizaciones conforman Galegas 8-M, que el domingo sacó a miles de mujeres a la calle en Vigo y que mañana están dispuestas a "parar" toda Galicia.

"La huelga de mujeres es una iniciativa que parte del movimiento feminista y es horizontal", explica Cristina Marchán, del grupo de comunicación de Galegas 8-M. Surge de abajo hacia arriba, defienden sus promotores.

Sin embargo, solo los sindicatos tienen capacidad para convocar una huelga. Es, por ello, que recurrieron a las centrales para registrar el paro de 24 horas y darle cobertura legal. Les dieron amparo organizaciones sindicales minoritarias como CUT, CNT, el Sindicato Labrego Galego (SLG) o STEG en el ámbito educativo. "Pero estos sindicatos como organizaciones no forman parte como tal de la plataforma, solo sus secretarías de la mujer o sindicalistas a título individual", aclara Marchán. De la misma manera, ningún partido político colabora directa o indirectamente con el movimiento 8-M gallego. "Tampoco queremos que estén. Son organizaciones que tienen sus intereses", advierte la responsable de Comunicación de este colectivo. Eso no significa que formaciones como En Marea, el PSdeG-PSOE o En Marea hayan mostrado abiertamente su apoyo a la huelga feminista.

Por su parte, los sindicatos mayoritarios como CIG, CCOO y UGT, respaldan los actos del Día de la Mujer pero convocan solo paros parciales de dos horas.

Los mujeres gallegas no estarán solas. En España la huelga feminista está organizada por la Comisión 8 de Marzo, que integra a multitud de colectivos feministas, y que lleva trabajando también desde 2017. El 8-M están llamadas al paro y a las movilizaciones las féminas de más de 150 países.

Durante este último año se han celebrado asambleas por todas las comarcas gallegas. "Hicimos reuniones rotativas y fue un exitazo", explica Cristina Marchán. A las citas acudían mujeres desde 70 años a estudiantes de 18. No hay ninguna cúpula al frente de este movimiento, se organizan a través de grupos de trabajo. Dentro de Galegas 8-M hay colectivos feministas de Vilalba, Lugo, Redondela, Ponteareas, Pontevedra o el grupo anticapitalista Conas Ceives de Santiago. Pero también se han sumado al movimiento asociaciones socioculturales como As da Industria, un grupo de mujeres del barrio en el entorno de la Plaza da Industria de Vigo, y también la Asociación Festival das Brétemas, de Ponteareas, o las tamborileras Tamborililás Batuke Feminista. A esta lista hay que añadir colectivos transexuales, ecologistas y estudiantes. Hasta Exeria, una asociación de mujeres cristianas, forma parte de este grupo de activistas que se declaran "insumisas, rebeldes y luchadoras".

¿Y cómo se financian? "De forma autogestionada", responde Marchán. Para la cartelería y las pancartas cuentan con el apoyo económico de los sindicatos que convocaron la huelga feminista de 24 horas. "Cada asociación pone lo que puede y los colectivos que no tienen dinero se encargan de hacer otros trabajos, como organizar el transporte, las redes sociales...". A la manifestación de Vigo más de 600 mujeres llegaron en autobús. "Negociamos en algunos ayuntamientos. Unos aceptaron ponernos autobús y otros no. La Diputación también colaboró y, en otros casos, los pagaron las mujeres, un precio simbólico de cuatro euros", señala.

Para mañana además de la huelga también hay convocadas manifestaciones y concentraciones en una veintena de localidades. Pero al ser de carácter comarcal no se requerirá la movilización de autobuses. Las organizadores tienen buenas expectativas. "Puede ser más de lo que estamos pensando, es la sensación que tengo", asegura Marchán. Y, en todo caso la huelga feminista del 8-M es "solo el inicio". El movimiento feminista gallego continuará su trayectoria. "Tenemos ganas de seguir trabajando para el año que viene", avanzan.