La huelga feminista de ayer fue rechazada por el Gobierno y el PP, que no se unieron a la manifestación convocada por la tarde en Madrid, pero el presidente del Ejecutivo y líder de los populares, Mariano Rajoy, quiso unirse a las reivindicaciones para acabar con la discriminación de la mujer.

Lo hizo en un encuentro del PP Europeo celebrado en Valencia, en el que portó en la solapa el lazo morado de apoyo a las citadas demandas. Allí prometió "seguir trabajando en defensa de la igualdad real entre hombres y mujeres sin regatear un solo esfuerzo". "Creemos en una Europa que defienda que la igualdad de la mujer siga siendo un valor fundamental no solo para nuestros partidos, sino para el conjunto de la sociedad", añadió.

A la reivindicación del 8-M también se refirió el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, presente en las marchas de Madrid. "A partir de hoy nada va a ser igual. Estamos en un momento histórico" , aseguró. Misma visión tuvo la portavoz de Unidos-Podemos, Irene Montero. "Es un día que va a durar décadas", profetizó la diputada.

Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, declaró que "queda mucho por hacer" para lograr la igualdad y defendió las movilizaciones, pese a no secundar la huelga, criticada por voces del partido, como la candidata a la Presidencia de la Xunta en 2016, Cristina Losada. "La línea divisoria no es entre hombres y mujeres, o entre quien hace huelga y quien no, sino entre quienes discriminan y los que no", dijo el dirigente.

Unidos-Podemos, ERC y Compromís fueron los grupos del Congreso que secundaron ayer la huelga, si bien PSOE, PDeCAT y PNV se unieron a los paros.

Por su parte, la presidenta de la Cámara Baja, la popular Ana Pastor, participó en dos jornadas de reivindicación de los derechos de la mujer y criticó la "politización" del 8-M. "Esto no va de partidos, esto es transversal y va de mujeres", expuso.