Las agresiones a médicos se dispararon en 2017 y alcanzaron su cifra más elevada desde que hay registros. Según los colegios de médicos, el pasado año se contabilizaron trece casos en la comunidad gallega y son solo la "punta del iceberg del problema" puesto que, tal y como advierten, son muchos más los episodios violentos de los que no se tiene conocimiento. Y las cifras apuntan a un incremento exponencial. De los cuatro casos anuales contabilizados en 2014 y 2015, se pasó a solo tres en 2016 y un año después ya superan la decena, es decir, tantos como en los tres años anteriores juntos.

La Organización Médica Colegial (OMC) vincula el incremento de estos episodios a la masificación de las urgencias, el aumento de las listas de espera o la precariedad laboral de los profesionales.

La mayoría de las agresiones a facultativos son insultos y amenazas, pero el Consello Galego de Colegios Médicos advierte que son "una auténtica losa que degrada la relación médico-paciente y, por ello, una asistencia de calidad". En el 69% de los casos las víctimas son varones y el 3%, mujeres. La mayoría de las doctoras que han sufrido episodios de violencia tanto física como verbal tienen menos de 35 años mientras que entre los hombres, son los mayores de 56 años los que se ven más afectados por estas conductas agresivas. En el 59% de los casos son los pacientes los que agreden al facultativo, pero el 41% de los ataques está protagonizado por los acompañantes, según los datos a nivel nacional.

En todo caso, además de los médicos también el resto del personal sanitario puede ser víctima de agresiones. Solo entre enero y junio del pasado año se registraron 174 casos, tantos como en todo 2016.

El incremento de episodios violentos en hospitales y centros de salud ha motivado precisamente a la Consellería de Sanidade y a los colegios de médicos a adoptar medidas para garantizar la seguridad de su personal. Así, en octubre pasado se aprobó un protocolo de actuación por el cual los profesionales sanitarios contarán con interlocutores policiales. Serán agentes designados por Guardia Civil y Policía Nacional para lograr un contacto más fluido y directo con los cuerpos de seguridad en caso de agresión.

Además el Sergas ensaya un nuevo sistema para alertar de agresiones. Consistirá en un botón que los profesionales podrán pulsar en su móvil y en su ordenador y que dará la alarma en caso de que estén siendo víctimas de una conducta violenta. Y en la Lei de Saúde se endurecieron las sanciones contra las agresiones a personal sanitario. Atacar física o verbalmente a un médico, enfermera o a cualquier otro empleado del Sergas será considerado infracción "muy grave" y acarreará multas de hasta 15.000 euros. Hasta ahora solo imponían estas sanciones cuando la agresión era a una autoridad sanitaria.

A pesar de que se han disparado los casos de ataques a médicos, en Galicia el impacto de estas agresiones es menor que en otras comunidades. De hecho, es la cuarta con menos episodios solo superada por Aragón, Navarra y País Vasco.