El cigarrillo electrónico ya es más popular que el cigarrillo tradicional entre los adolescentes de Estados Unidos, especialmente tras la irrupción en el mercado de Juul, un dispositivo a base de cápsulas de sabores, con aspecto de USB y con un alto contenido de nicotina. Aunque en Galicia su uso aún no ha calado entre los jóvenes, ya hay padres que han descubierto alguno en las mochilas de sus hijos y la posibilidad de que el vapeo termine introduciéndose entre los jóvenes preocupa tanto a padres como a neumólogos.

"El vapeo no está muy extendido entre los alumnos de los institutos públicos de Galicia. Puede que lo esté más en círculos con un cierto poder adquisitivo, donde se lo puedan permitir, y entre los universitarios. Según pudimos saber en la última reunión de la comisión de las ANPA de los institutos, se ha detectado algún vapeador en los centros, pero son casos muy puntuales", afirma Bertila Fernández, portavoz de la Federación Asociaciones de Pais e Nais de Alumnos (Foanpas).

Pero que el vapeo sea una práctica minoritaria entre los jóvenes gallegos, no quiere decir que no preocupe a la federación de ANPA. "Aunque no se haya detectado de forma generalizada, es un tema que nos preocupa porque sabemos que hay otras comunidades, como Madrid, donde ya se está detectando de una forma más generalizada, y porque sabemos que todas estas modas corren a unas velocidades astronómicas y que es muy fácil acceder a estos dispositivos gracias a la compra por internet", añade.

A los neumólogos también les preocupa el vapeo y advierten de que sea el sistema que sea -por combustión (cigarrillo electrónico) o por calentamiento (iQOS, Go, iFuse, Juul)-, hay evidencias científicas que constatan que no son inocuos. "La industria nos lleva ventaja y cada vez surgen opciones nuevas al tabaco, y que tienen efectos nocivos para el organismo", afirma la neumóloga gallega Marina Blanco, secretaria de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). En este sentido, recuerda que en Galicia ya se ha descrito un caso, concretamente en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), del que es neumóloga, donde se diagnosticó un caso de neumonía lipoidea a un vapeador debido al depósito de grasas que llevan los e-cigarrillos. Y la neumóloga no duda de que pueda haber más casos, aunque no se hayan tratado. "El vapeo no forma parte del cuestionario de la historia clínica del paciente, aunque debería incluirse como lo está el consumo de tabaco", afirma.

El primero en irrumpir en el mercado fue el cigarrillo electrónico, al que no tardó en salirse serios competidores, que tampoco cuentan con el beneplácito de la comunidad médica. "Dispositivos como el iQOS, que se promocionan como más saludables que los cigarrillos electrónicos porque no quema, sino que calienta el tabaco, nos preocupan especialmente porque, aunque parece que producen menos sustancias tóxicas, tienen el 84% de la nicotina que tiene el cigarrillo convencional", alerta.

Por ello, el mensaje de la especialista a los adolescentes es claro: "Que no dejen un tóxico para meterse en otro". La doctora Blanco alerta de que cualquier forma de inhalar puede provocar broncoespasmos y crisis de asma. "Cualquier inhalación puede suponer una agresión para las vías respiratorias y más si los compuestos que se inhalan son tóxicos", alerta.

Cada vez son más los estudios que constatan que estos dispositivos contienen sustancias tóxicas como propilenglicol y glicerina en el caso del cigarrillo electrónico, y acenafteno en el iQOS. "El problema es que conocemos algunas de las sustancias que contienen y sus efectos, pero las consecuencias para la salud de estos dispositivos las desconocemos porque no conocemos toda composición", añade. En este sentido, la neumóloga recuerda que una de las reivindicaciones de la comunidad médica es que se regulen estos productos.