Uno de los pasos para que un usuario abra un perfil en Facebook o Instagram o pueda desacargar una aplicación para el smartphone es aceptar la cesión de los datos. También al abrir Google aceptamos que se sepa dónde estamos, el idioma que hablamos, qué noticias nos interesan, los anuncios que nos resultan más útiles, los personajes que nos atraen online o los vídeos de YouTube que más nos gustan. No siempre es un paso obligatorio y, de hecho, la información que facilitamos se puede restringir pero es un proceso más laborioso que pulsar sin más en el botón de "aceptar". "Lo que pasa es que normalmente no leemos lo que estamos aceptando pero damos permiso a que pueda hacer lo que quieran con nuestros datos, con nuestras imágenes, con todo lo que aportemos", subraya la perito informático Pilar Vila.

En el caso concreto de Facebook, existen opciones de privacidad que mucha gente no activa por pereza o desconocimiento. "Todos los usuarios, los padres, los chavales... tendríamos que tener más conciencia o al menos una formación previa porque no sabemos a qué nos exponemos", añade Vila, fundadora y CEO de Forensic & Security, una compañía coruñesa que trabaja en el ámbito del peritaje forense informático y telemático y en ciberseguridad. El 80% de los casos que tratan son acerca de fuga de información o competencia desleal pero también temas de acoso o violencia de género.

No hay marcha atrás. "Lo que se puede hacer es cerrar los círculos, dejar de compartir y de dar permisos a las aplicaciones que tienes en el móvil a tu Facebook y así cierras la puerta hacia el futuro pero lo que compartiste en el pasado pues compartido está", añade. El problema añadido es que no solo depende de uno mismo sino de lo que hacen los "amigos" en esa red. Precisamente, fue lo que ocurrió con el escándalo de Cambridge Analytica, que pagó a cientos de miles de usuarios por sus datos pero usó la información de éstos y de todos sus amigos de Facebook para llegar a 50 millones de personas.

Al margen del exceso de confianza, la ingeniera informática recalca que a lo ocurrido es "muy peligroso" porque no solo se trata de filtraciones sino también de manipulación. "No estamos viendo que la tecnología está creciendo de forma exponencial y eso tiene un potencial increíble y la legislación va un poco por detrás de eso", añade. Para ello, considera que el reglamento europeo de Protección de datos que entrará próximamente en vigor será muy positivo,algo que también comparte el responsable de seguridad y privacidad de la empresa gallega Gradiant, Juan González.