"Falta supervisión y control en casa", alerta el profesor de Psicología Antonio Rial Boubeta. Y ésa es una de las claves para reducir las prácticas de riesgo relacionadas con internet. En su estudio constata que la vigilancia parental y el establecimiento de límites y normas ayuda a reducir las tasas de sexting casi a la mitad.

Solo el 5,4% de los jóvenes que están controlados por sus padres envía fotos suyas o vídeos de contenido erótico o sexual, mientras que cuando no hay supervisión el porcentaje se eleva al 10,7%. También se reducen las coacciones. El 7% frente al 8,6% si no hay supervisión de los padres.

Sin embargo, lo que resulta bastante efectivo es impedir al chaval que duerma con el móvil en la habitación para que no pueda usarlo en horario nocturno. Solo un 3,9% de los adolescentes que no pueden usar el teléfono a partir de la medianoche envían fotos o vídeos suyos de contenido íntimo, frente al 15,3% entre quienes lo utilizan a partir de las doce de la noche. Y hay menos coacciones (4,6 % frente al 12,4%) y menos chantajes (1%, frente al 2,4%).