Uno de cada cinco españoles consume ansiolíticos o antidepresivosansiolíticosantidepresivos -es el país europeo con mayor uso de psicofármacos- y la Organización Mundial de la Salud prevé que en solo dos años la ansiedad y la depresión sean la principal causa de incapacidad laboral. Pese a ello, desde el Colexio de Psicoloxía de Galicia denuncian que España "está a la cola en psicología clínica en la red pública" y que la situación se agudiza cuando se pone el foco en Galicia. "Desde 2010 solo se convocaron tres plazas de psicólogos clínicos en las oposiciones del Sergas, hay ocho generaciones de residentes formados en Galicia que no han logrado un contrato aquí y se han tenido que ir a otras comunidades", resalta el presidente de la sección de Psicoloxía e Saúde del Colexio, José Otero, quien asegura que los casi cien profesionales que ejercen en el Sergas son totalmente insuficientes para cubrir la demanda existe . Algo que, asegura, se traduce en amplias listas de espera que llevan a los pacientes a acudir a la privada, en centros que no cubren sus necesidades y en un elevado consumo de fármacos en pacientes que no son debidamente atendidos.

La Consellería de Sanidade cifra en 97 los psicólogos clínicos que actualmente trabajan en centros del Sergas -17 de ellos en el área sanitaria coruñesa-, lo que supone una ratio de 3,7 profesionales por cada 100.000 habitantes, por debajo de la media española de 4,3 que fijó la Estrategia Nacional en Salud Mental en 2014. Desde la Xunta recuerdan que la OMS en su informe Mental Health Atlas de 2014 "no establece ninguna recomendación específica en las tasas de personal" y refleja que hay una gran variabilidad en la dotación de psicólogos "en los países de nuestro ámbito". Eso sí, aseguran que se trabaja en un Plan Extratéxico de Saúde Mental en el que se tendrán en cuenta las necesidades de la población "en materia de prevención, atención y rehabilitación desde una perspectiva comunitaria".

Pero con las actuales cifras en la mano, para los psicólogos gallegos la situación es "dramática" ya que "Galicia está a la cola del país en ratio de especialistas". "Hay dispositivos que no tienen psicólogos clínicos como el Hospital de Día de Santiago o en los que no se cubre la dotación mínima de personal como unidades de salud mental que tienen psicólogo clínico a tiempo parcial", señalan en el Colexio. "En el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (Chus), por ejemplo, hay un único psicólogo para interconsultas, es decir, para atender a pacientes ingresados de diferentes áreas", señala José Otero quien lamenta que un año más, el Sergas no saque ninguna plaza para psicólogos en su OPE.

"En 2008 se convocaron cuatro plazas de psicólogos clínicos y en 2010 otras tres. Desde entonces no se sacó ninguna más. Esto hace que los psicólogos más jóvenes del Sergas superen los 40 años y que las ocho últimas generaciones PIR no encuentren aquí trabajo mientras se los rifan en otras comunidades", sostiene este especialista gallego.

Otra de las consecuencias de una plantilla tan ajustada se aprecia en las listas de espera para acudir a la consulta de un psicólogo en la sanidad pública, un servicio que además no todo el mundo conoce. "Es un especialista más, el paciente acude a su médico de cabecera y él es quien debe decidir si lo deriva o no", señala José Otero, quien reconoce que la espera media es "dos a tres meses, pero depende dónde puede llegar a los seis". Unos tiempos que van en contra de lo que dicta la práctica médica para el abordaje de las enfermedades que ven los psicólogos. "Eso para la primera consulta, pero la espera para la siguiente también es de mes y medio o dos. La guía clínica aconseja no superar los 15 días y podemos llegar a 80", señala este especialista. Una alta espera, unido al desconocimiento de que existe este servicio en la pública (de hecho en el balance de listas de espera para consultas externas del Sergas no aparece la especialidad de psicología), que lleva a muchos pacientes a la privada con el coste que eso supone ya que una sola consulta puede llegar a los 70 euros. "Es un problema organizativo. Hay tan pocos psicólogos para tanta demanda que la espera es larga y eso hace que lleguemos al problema tarde y que se abuse del consumo de ciertos medicamentos. Solo entre 2000 y 2013 se triplicó el consumo de ansiolíticos en España", añade este especialista, quien asegura que también han denunciado ante la Xunta que "muchas veces, el médico deriva al psicólogo y sin embargo, les dan cita antes para el psiquiatra. No sabemos el porqué".

Para precisamente llegar antes al paciente, diagnosticar su problema e intentar solucionarlo sin que tirar de antidepresivos o ansiolíticos sea lo primero en la lista, desde el Colexio de Psicoloxía de Galicia piden al Sergas que incorpore psicólogos a los centros de salud de Atención Primaria, algo que ya han probado con éxito o van a hacerlo en comunidades como Asturias, Cataluña, Aragón, Madrid, Baleares o Comunidad Valenciana. "De este modo atenderíamos patologías leves y moderadas de forma más rápido, se evitaría mucha medicación y se dejaría atención especializada para patologías más complejas", explica Otero.

Además, esto supondría un ahorro en el gasto sanitario ya que desde el Colexio aseguran que estudios han comprobado que se produce un ahorro de cuatro dólares por cada uno invertido ya que se derivan menos pacientes a la especializada. Miembros del Colexio y la Xunta se reunieron esta misma semana y desde el colectivo de psicólogos se mostraron optimistas con el resultado del encuentro. "Vieron interesante esta propuesta así que si se plantea un cambio en el modelo actual estamos satisfechos", dice Otero, quien reconoce que no lograron ningún compromiso de la Xunta para aumentar el número de plazas.

A la hora de hablar del futuro cercano, Sanidade remite al Plan de Saúde Mental que están elaborando. En él no solo se recogen medidas para la prevención sino que se ha tenido en cuenta la opinión de expertos en atención a personas con enfermedad mental para desarrollar programas específicos para la atención de patologías muy prevalentes como la ansiedad o la depresión así como iniciativas destinadas a colectivos vulnerables. Los psicólogos gallegos, tras la reunión de esta semana, se muestran "optimistas" pero piden un giro de 180 grados en el sistema.