Estudios de la Universidade de Santiago revelan que un 30% de los menores de edad gallegos con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años realiza un consumo de riesgo de alcohol y que unos dos mil niños de solo 12 y 13 años se dan atracones de la sustancia, lo que expertos como Antonio Rial Boubeta ven un "caldo de cultivo" de potenciales fallecimientos por comas etílicos. En ese contexto, no es de extrañar que las cifras de atenciones a intoxicaciones etílicas que maneja la Fundación Pública Urxencias Sanitarias 061 entre los menores gallegos (incluso en edades tan precoces como los 12 años en ejercicios pasados) superen las 450 por año y vayan en aumento si se analiza el último bienio.

En 2016 y 2017 se registraron de media 455 casos por ejercicio (460 en 2016 y 450 en 2017, según datos del Sergas), lo que supone un 5,3% más que los notificados por los servicios de urgencias del 061 el año previo (432). Para el último bienio la Consellería de Sanidade no ofrece datos desglosados por edad, pero en 2015, el último disponible con esa división, se registraron tres casos de intoxicaciones etílicas agudas en niños de 12 años y ocho entre adolescentes de 13 años, aunque la cifra de afectados asciende de forma proporcional a la edad.

En la práctica, las cifras (que suman casi 2.100 menores desde 2013) implican que las ambulancias del 061 deben movilizarse casi unas nueve veces por semana de media para atender a algún menor de edad que se excedió con el alcohol. Y un contexto que resulta propicio para extralimitarse con la bebida son los botellones, como apunta otro estudio de la Universidade de Santiago, que identifica la ingesta grupal como un "factor de riesgo" para que se produzcan tasas de consumo peligroso.