A grandes males, grandes remedios. Eso debieron de pensar los legisladores de la futura ley contra el alcohol,leyalcohol cuyo informe pide que se sancione a los padres de los menores que beban, y, en caso de reincidencia grave, si se demuestra una actitud negligente. Eso, a pesar del declarado espíritu "educativo y pedagógico" con el que aseguran que nace. La propuesta, que equipara a nivel punitivo el alcohol al consumo de otras drogas ilegales, cuenta con una falta de acuerdo entre los expertos.

En general, las asociaciones de madres y padres ven con buenos ojos que recaiga sobre ellos la responsabilidad del menor, aunque eso también implique una multa, pero advierten de que no valdrá de nada sin un esfuerzo extra en prevención. Sin embargo, otros expertos que trabajan en el día a día con casos de consumo de cannabis y alcohol por parte de menores lamentan que la ley pueda llegar a penalizar a familias que, en muchos casos están desestructuradas o con varios miembros en paro.

"Los últimos datos de consumo de alcohol por menores son preocupantes" y el "objetivo primordial" es retrasar la edad de inicio hasta los 18 años, sostiene el documento. Los jóvenes empiezan a beber a los 13,9 años de media, dos meses más tarde que en 2014, según el Plan Nacional sobre Drogas.

Entre otros aspectos, el más polémico es el de las sanciones. Para que se pueda condonar la multa impuesta, los padres tendrían que participar junto con los menores en las actividades reeducativas y con objetivos de prevención y reeducación. La portavoz de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (Foanpas), Bertila Fernández, aboga por "la prevención y el trabajo en la familia". "La gran responsabilidad es de la familia", aseguran en Foanpas y, parafraseando al célebre juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, aseguran: "El menor las hace, el padre las paga como tutor. Aún así, con matices. "Como no se trabaje en la prevención y en la formación, las medidas sancionadoras no tendrán el efecto deseado".

También, piden a la Administración campañas más intensas, que se traduzcan en formación e información dentro y fuera de las aulas. "Hay que convivir con el alcohol de una forma sana, porque va a estar ahí", comenta Fernández. En ese sentido, propone "campañas activas todo el año." "Hay que incluirlo en las aulas al igual que se trabajan las Matemáticas; eso es falta de compromiso, tanto por parte de la Administración", denuncia. Pero también hace autocrítica: "Y predicar con el ejemplo en casa", defiende. Bertila Fernández incide en uno de los aspectos que toca la ley: el control de la venta de alcohol a menores. "Deteriora de forma alarmante el organismo de los jóvenes en pleno desarrollo y eso está demostrado".

En el caso de situaciones tristemente cotidianas, como comas etílicos, proponen un trabajo social con los padres, ya en casos reincidentes, "sería un toque de atención". "También vemos familias que se lo toman a la ligera. Algo habrá que hacer para que se encienda el farolillo de la responsabilidad". "Es un trabajo en equipo y en el que se podrían hacer campañas nocturnas más activas. No puedes controlar que haya chicos que salgan de noche a los 16 años, pero sí que haya programas contra el alcohol, por ejemplo en las ANPA".

Desde una perspectiva médica, el filósofo y especialista en Bioética, Benjamín Herreros cree que es más importante apoyar la idea la responsabilidad del menor. "Con las adicciones y el alcoholismo, lo más importante es ir incentivando la idea de responsabilidad y autogestión. Trabajar la idea de autonomía de los adolescentes? Si la nueva Ley provoca ese efecto, irá bien. Si, por el contrario causa un temor, tiene sus riesgos. Si esto solo vale para meterles la cultura del miedo por las multas, no será positivo. La medida es tan importante para los padres como para los hijos", valora Herreros. "La idea de la cultura del miedo no es lo más deseable, sino la cultura de la responsabilidad y la autonomía del adolescente. Pero hay padres que no tienen la suficiente solidez o estabilidad para manejarlo adecuadamente", defiende. El terreno de las sanciones, para el médico "demuestra que los legisladores no se fían de que los padres se hagan cargo efectivo de los hijos".

La futura Ley vendrá a aglutinar legislación autonómica y normativas municipales al respecto. Ya existían normativas previas, obre todo sobre la venta a menores y consumo en la vía pública.