Apesar de sus bondades, es un alimento de consumo poco frecuente, al menos inferior al que sería deseable si nos basamos en sus propiedades nutricionales. Curiosamente, se ha circunscrito a un uso más puntual que otras carnes del mismo tipo, asociándolo a la Navidad por imitación de otras culturas. Normalmente nos decantamos por el pollo o el conejo y nos olvidamos de esta ave saludable y económica. Son muchas las recetas en las que se puede incluir y que resultan fáciles de elaborar. Acuérdate de él cuando vayas a la compra.

El pavo doméstico es un ave de corral que se ha utilizado para el consumo humano desde tiempos ancestrales. Se usan sus huevos y, especialmente, su carne, siendo muy apreciado en diferentes culturas. Cada vez son más numerosas las granjas en las que se crían pavos para su posterior comercialización en los distintos puntos de venta debido a que se cría con facilidad en las zonas de clima templado de todo el mundo. El pavo lo puedes encontrar fresco, refrigerado o congelado y a un precio muy asequible.

A nivel nutricional señalaría que su calidad es superior a la de otras especies con las que se podría comparar. Presenta un bajo contenido en colesterol y grasa y su aporte calórico es de 130 calorías por cada 100 gramos de carne magra. Contiene proteínas, vitaminas y minerales de gran interés. Los expertos lo consideran un alimento proteico fácil de digerir que deberíamos consumir con mayor frecuencia de la que lo hacemos.

Al pavo se le atribuyen muchas propiedades interesantes entre las que destacaría que:

-Contiene una elevada proporción de proteínas. Casi el 25% de la pechuga de pavo es proteína, por lo que resulta muy apropiado para aumentar la masa muscular, reforzar el sistema inmunológico, favorecer la coagulación sanguínea y suministrar colágeno, queratina y elastina, elementos imprescindibles para la formación de tejidos.

-Presenta minerales que previenen el envejecimiento celular. Aporta zinc (que favorece la cicatrización de las heridas y colabora en el funcionamiento de las glándulas y órganos sexuales) y selenio (un antioxidante celular).

-Tiene hierro de origen animal y fácil asimilación. Resulta indicado para evitar la anemia, especialmente si lo combinas con alimentos ricos en vitamina C.

-Favorece el descanso. Contiene triptófano (aminoácido esencial que regula el ciclo sueño-vigilia) y vitaminas del grupo B (que regulan los niveles de magnesio y de GABA, un neurotransmisor fundamental para el mantenimiento de la higiene del sueño).

-Se digiere fácilmente. Sus proteínas se absorben muy bien a nivel intestinal, por lo que resulta perfecto para niños y ancianos o para quienes tienen problemas a nivel estomacal. Suele recomendarse para elaborar purés (combinado con verduras y hortalizas).

-Indispensable para una nutrición saludable. El pavo fresco presenta un bajo contenido en grasas y se considera hipoalergénico (muy importante para consumidores afectados por alergias relacionadas con la alimentación)

Puedes consumirlo de maneras diferentes porque existen muchas opciones interesantes en función de tus gustos y necesidades. Lo más tradicional es prepararlo en el horno o relleno, pero admite muchas elaboraciones: marinado, en ensalada, a la plancha, troceado en estofados, adobado, en escabeche, etc... Combina con diferentes salsas (arándanos, alioli, etc...), pasta (macarrones, espaguetis, etc...) y verduras (desde patatas hasta judías, maíz, etc...).

Te proponemos una sencilla y saludable receta cuyo componente básico es el pavo: Corta en trozos de tamaño mediano seis lonchas de pavo de grosor medio. Colócalas en un bol y añade dos huevos enteros, una pizca de sal, orégano y albahaca. Bate la mezcla hasta que queden bien combinados todos los ingredientes. Pon en una sartén un poco de aceite de oliva y caliéntalo. Añade la mezcla y deja que cuaje. Dale la vuelta con un plato y mantén la tortilla sobre el fuego hasta que quede con la textura que a ti más te guste.

Puedes encontrarlo en forma de salchichas y hamburguesas, por ejemplo, lo que facilitará que lo coman los niños porque les resulte más apetecible. Aunque es muy frecuente su consumo en forma de fiambre, es recomendable no abusar de él y elegirlo con bajo contenido en grasa y sal para que no interfiera en la dieta recomendada por los especialistas.