La violencia que se ejerce en el seno de la pareja no es el único maltrato que existe. Un total de 340 gallegos tenían el año pasado alguna orden de protección o medidas cauterales al ser víctimas de malos tratos por parte de algún familiar (desde padres a hijos, hermanos o nietos que agreden a sus abuelos), una cifra que sitúa a Galicia como la séptima comunidad con más víctimas de la denominada violencia doméstica, solo por debajo de Andalucía (1.612), Comunidad Valenciana (936), Cataluña (780), Madrid (696), Castilla y León (427) y Castilla-La Mancha (348), según los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), correspondientes a 2017.

Casi la mitad de las víctimas de violencia familiar en la comunidad gallega son padres y madres -tenían medidas de protección 160 en 2017- que son agredidos por sus hijos. Galicia es la sexta comunidad con más casos de este tipo y en el conjunto de España son casi 3.000 las personas protegidas de algún modo ante los malos tratos que sufren por parte de su descendencia. Tras los padres, el mayor volumen de víctimas de violencia doméstica se da en los hijos: 88 casos con protección en Galicia, en el último año, que sitúan a la autonomía como la octava a nivel estatal. Le siguen quienes ven cómo sus propios hermanos les agreden: 33 gallegos, la séptima cifra más alta de todo el país, según los datos del INE.

La violencia dentro del hogar llega también a los más mayores. Un total de nueve abuelos gallegos precisaron el pasado año una orden de protección después de ser maltratados por alguno de sus nietos. Pese a que la cifra descendió en los últimos años, Galicia se mantiene como la cuarta comunidad con más abuelos o abuelas, víctimas de malos tratos por parte de sus nietos. Solo es superada por Andalucía (26 casos), Cataluña (18) y Comunidad Valenciana (15). El caso inverso, cuando es el nieto la víctima, es mucho más minoritario: solo un caso en la comunidad gallega y 43 en toda España, frente a 112 abuelos en el conjunto del país.

Los datos del INE permiten además establecer un perfil de las víctimas de violencia doméstica -aquella que se ejerce por parte de un familiar siempre que no sea el cónyuge-. De las 340 sobre las que había una orden de protección o se aplicaron medidas cautelares, casi una quinta parte eran menores de edad (62) mientras que una de cada cuatro víctimas rebasaban los 65 años (87). La franja de edad que concentra la mayor parte de las víctimas (un tercio del total) es la de 45 a 64 años con 101 casos. Por sexos, seis de cada diez víctimas de este tipo de maltrato familiar son mujeres: 226, frente a 114 hombres.

La evolución de este tipo de violencia en el hogar ha sido dispar. Si se comparan los datos de los últimos cinco años, este tipo de maltrato ha descendido. Galicia contaba con 414 víctimas de violencia doméstica que precisaban una orden de protección en 2013, frente a las 340 del pasado año (un 18% menos). Sin embargo, si se analiza la evolución en el último año, los casos han vuelto a aumentar: de 296 a 340.

La misma tendencia se observa si se analiza la evolución en función de la relación de la víctima con su agresor. El mayor descenso en el último lustro se produjo en los casos de malos tratos de nietos hacia abuelos (un 40% al pasar de 15 a nueve casos), seguidos de las agresiones entre hermanos (un 28%: de 46 a 33) y de los hijos que son maltratados por los padres (un 16% menos: de 105 a 88). En el caso inverso, de hijos que agreden a padres, las víctimas pasaron de 187 a 160. En el último año, sin embargo, aumentaron los casos en todos los grupos de víctimas: un 10% más de padres maltratados, un 24% más de hijos, un 32% más de hermanos. Lo único que siguió bajando fue la cifra de abuelos maltratados por sus nietos (el número cayó un 25%) y se mantiene en un caso, los nietos que sufren violencia por parte de alguno de sus abuelos.