Un lugar 100% inclusivo, donde cualquier persona pueda acceder de forma sencilla a material cultural adaptado a sus necesidades o a las actividades que se organizan. Las bibliotecas públicas del siglo XXI se renuevan de forma continua y refuerzan su función social y sus servicios para atraer a más usuarios. Tener problemas de visión que obligan a leer textos en letra grande, no dominar el idioma, tener una discapacidad, problemas de comprensión lectora o una movilidad reducida ya no son excusas para no disfrutar de los servicios que ofrecen estos centros."Que nadie piense que la biblioteca no es para él, todo lo contrario. Tenemos material y actividades para todo el mundo", señala la directora de la biblioteca municipal del Ágora en A Coruña, Cristina Ameijeiras. "Ofrecemos todo tipo de servicios, no solo lectura", añade la subdirectora xeral de Bibliotecas e do Libro de la Xunta, Cristina Rubal.

La accesibilidad de las bibliotecas es tal que llegan incluso a quienes no pueden desplazarse hasta ellas. Tanto las bibliotecas municipales de A Coruña „con el programa Préstamo no fogar„ como algunas de las Rede Galega de Bibliotecas ofrecen la posibilidad de llevar al domicilio el material que soliciten en préstamo (libros, discos, revistas o DVD) aquellas personas que presenten graves problemas de movilidad y que no puedan salir de casa. "Está dirigido a personas con dificultades de movilidad tanto permanente como temporalmente, por ejemplo, tras una operación", explica la directora de la biblioteca del Ágora, desde donde coordinan este programa que funciona en todos los centros de A Coruña. Funciona a través de voluntarios y el sistema de préstamo es similar al que se realiza in situ en las bibliotecas: se pueden llevar hasta diez ejemplares, combinados como se quiera y pasados 30 días, el voluntario pasará a recogerlos y podrá llevarle las nuevas peticiones. Promocionado a través de la web y las redes sociales, desde las bibliotecas coruñesas se hace además una gran labor de difusión para que este programa llegue al mayor número posible de usuarios. "Hacemos mucho esfuerzo en darlo a conocer en centros de salud o en entidades que atienden a personas con problemas de movilidad, pero es cierto que no siempre se conoce", explica Ameijeiras.

Otra opción para quienes no puedan desplazarse hasta la biblioteca o simplemente tienen poco tiempo es recurrir a Galicia Le, la plataforma de préstamo electrónico de la Rede Galega de Bibliotecas que permite acceder a libros, audiolibros, películas o revistas. Basta tener el carnet de una de estas bibliotecas y un ordenador, tablet o móvil compatible para poder disfrutar de los materiales online o descargarlos. Pese a que la oferta es menor a la de las bibliotecas presenciales „unos 1.600 títulos en castellano y 700 en gallego„, el catálogo está en continua actualización y puede presumir de contar con una de las mejores colecciones de producciones audiovisuales gallegas. "Tenemos muchas películas que es difícil encontrarlas en otro sitio, todas de producción gallega y elegidas una a una por su calidad, con criterios objetivos", explica Cristina Rubal.

Y ya en las bibliotecas se busca reducir al máximo las barreras. Tanto desde el punto de vista arquitectónico como a la hora de que los materiales, los servicios y las actividades sean accesibles a cualquier persona. En esta línea, el pasado año echó a andar el proyecto Mefacilyta en la biblioteca del Ágora „y se trabaja en su implantación en la del Fórum Metropolitano„, en donde se busca fomentar la autonomía de las personas con diversidad funcional a través de una aplicación móvil y códigos QR por toda la biblioteca, de modo que estos usuarios reciben información sobre los servicios que ofrece el centro con solo pasar el móvil por el código. "Se puso en marcha con Aspronaga y la Fundación Vodafone y permite que estas personas obtengan todo tipo de información: desde donde están los baños hasta cómo hacerse socio, por ejemplo", explican desde el Ágora, donde ya lleva meses implantado. En el Fórum se encuentran en plena señalización de las distintas estancias. "Después hay que testarlo con usuarios, es decir, ver si la información que reciben es precisa o puede confundirles y una vez dado el visto bueno se pondrá en marcha", indica la directora de esta biblioteca, Mery Conchado.

Precisamente en este centro acaban de poner en marcha otro proyecto piloto, también dirigido a personas con diversidad funcional. Bajo el título de Achega (te) y en colaboración con la Asociación Participa se organizan todo tipo de actividades vinculadas a los libros y la lectura que buscan un doble objetivo: que este colectivo se sienta integrado en el centro y que el resto de usuarios "se sensibilicen sobre esta realidad tan próxima" y sobre la situación de las personas con alguna discapacidad. "Queremos que la biblioteca sea un sitio inclusivo y por eso estas actividades se hacen en la sala abierta, que haya convivencia entre todos los usuarios", indica Conchado, quien explica como hasta ahora el hilo conductor de las actividades organizadas fue el mar. "Se utiliza como hilo conductor para acercarles a la lectura, los usuarios aprenderán a leer imágenes, a observar e interpretar cada ilustración como si fuese una pequeña historia que cuenta algo desde una acción hasta una situación o una emoción. Tras haber trabajado distintas historias a través de imágenes cada uno elaborará su propio álbum ilustrado", indica Conchado, quien resalta que los materiales, la metodología y la didáctica se adaptará a las necesidades de quienes participen.

Más allá de actividades o programas puntuales, las bibliotecas públicas cuentan con los llamados centros de interés, pequeñas áreas centradas en una temática concreta y donde muchas veces la diversidad funcional se convierte en la protagonista. "En el Ágora tenemos un centro de interés en la sala infantil con material específico para personas ciegas (libros infantiles en braille, por ejemplo) y una zona con libros adaptados a necesidades como problemas de comprensión lectora o diversidad funcional o que hablan de estas dificultades", indica Ameijeiras. "En el Fórum hay un área sobre la comunidad sorda con materiales de interés como puede ser, diccionarios de lengua de signos, películas o libros sobre esta temática, etc.", indica Conchado.

Las visitas guiadas a las bibliotecas „desde alumnos de guardería a usuarios de distintas asociaciones„ también buscar acercar estos espacios de promoción del ocio y la cultura a toda la ciudadanía. "Somos accesibles en todos los sentidos: en los edificios e instalaciones „si hay alguna barrera la biblioteca ya no puede estar en la red gallega„ pero también en los materiales adaptados y en las necesidades: se hace la colección a demanda, el usuario puede sugerir compras, pedir un libro a otra biblioteca de la red que lo tenga e incluso se presta tablets o libros electrónicos si se prefiere la lectura digital y no tiene el dispositivo", indica Rubal. Toda una serie de servicios para que no haya excusas y cualquier ciudadano interesado pueda hacer uso de las bibliotecas.