Irene Bascoy.SantiagoA partir del próximo curso, los estudiantes de Educación Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional específica y enseñanzas de adulto tendrán la mitad de las clases en gallego como mínimo, cuando en la actualidad ese mínimo es de un tercio. Este porcentaje del 50% podrá aumentarse si el claustro y el consello escolar de cada centro, sea éste público, privado o concertado, lo deciden. En todo caso debe "garantizarse que los alumnos terminen la enseñanza obligatoria con una buena competencia" en los dos idiomas. Además, la Consellería de Educación deberá dar el visto bueno al proyecto que presente cada centro escolar. Así lo establecerá el decreto de promoción del gallego en las aulas, cuyo contenido fue pactado por la Consellería de Educación con los tres grupos parlamentarios, PP, PSOE y BNG. Cinco reuniones fueron necesarias para alcanzar el tercer consenso en la historia de la comunidad en materia de política lingüística, una cuestión sensible donde los tres partidos mantienen posiciones diferentes. Precisamente fue el gallego una de las cuestiones que truncó hace un mes la reforma del Estatuto.Buscando el acuerdo, la Xunta rebajó sus pretensiones iniciales, que pasaban por superar el porcentaje del cincuenta por ciento obligatorio para el gallego. Este decreto supone el cumplimiento del Plan de Normalización Língüístico, aprobado por consenso con el Gobierno de Manuel Fraga y que fija que la mitad de la docencia sea en gallego, pero estaba sin desarrollar.Con la nueva norma la Consellería de Educación renuncia a su proyecto de que los niños aprendieran a leer y escribir antes en gallego y acepta que los alumnos sean escolarizados en su idioma materno, tal y como proponía el PP, la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de la provincia de A Coruña y los directores de centros educativos. Finalmente el departamento de Sánchez Piñón opta por retirar una parte del decreto que había provocado la división entre la comunidad educativa y opta por desarrrollar el plan que ya había sido consensuado durante la etapa del Gobierno anterior. Este texto significa un avance con respecto a la norma hoy en vigor, que data de hace doce años y establece que un tercio de la docencia debe ser en gallego, lo que se incumple en muchos casos, como se ha denunciado en múltiples ocasiones desde sectores nacionalistas.Con el nuevo decreto, que será aprobado por la Xunta antes del verano y estará en vigor el próximo curso, la docencia en gallego será obligatoria en Primaria en las áreas de Matemáticas, Conocimiento del medio natural, social y cultural. En la Secundaria obligatoria se impartirán en lengua gallega Ciencias de la naturaleza, Ciencias sociales, Geografía e historia, Matemáticas y Educación para la ciudadanía. También se impartirá al 50% en Bachillerato, Formación Profesional específica y enseñanzas de adultos.La conselleira Laura Sánchez Piñón, que compareció ante los periodistas, acompañada de los portavoces de Educación y de Lengua de los tres grupos parlamentarios, defendió que el decreto pactado es "más ambicioso que el Plan de Normalización, pues establece un mínimo, pero no un tope por arriba". También aseguró que habrá otras medidas para impulsar el gallego en las aulas, por ejemplo pagando con un plus la labor de los equipos de normalización en los colegios.Además organizará más cursos de gallego para los profesores. La Mesa pola Normalización Lingüísitica considera el nuevo decreto sobre el gallego en la enseñanza un buen punto de partida aunque advierte de que aún no da cumplimiento a la Carta Europea de Lenguas Minoritarias que ratificó España en 2001. Destacan que más allá de porcentajes de materias en gallego, lo importante es que estos se cumplan.