Redacción.A Coruña

La heredera de la mayor fortuna de España (y una de las más grandes del mundo) trabaja de incógnito en Londres doblando ropa. Es lo que ha querido Amancio Ortega, propietario de Inditex, para su hija Marta, de 23 años. Que haga sus primeros pinitos desde abajo, observe los engranajes del gigante y sepa qué es lo que sienten los empleados de a pie. Marta está predestinada a dirigir en el futuro un imperio valorado en la actualidad en 17.600 millones de euros, que incluye las cadenas de ropa Zara, Berskha, Stradivarius, Massimo Dutti o Pull&Bear, entre otras. La joven trata de pasar inadvertida en un establecimiento de Zara del barrio de Chelsea. Éste era, hasta hace pocos días, uno de sus secretos mejor guardados.

Sin embargo, Marta se ha encontrado en Londres con varios compatriotas, que no han tardado mucho en caer en la cuenta de que doblan ropa, codo con codo, junto a su futura jefa. "Está muy rubia y con el pelo muy largo, más delgada de lo que parece en las fotos", relata una de las empleadas. "Y encima de incógnito, con una coleta. Me lo comentó otra compañera: `¿A qué no sabes quién trabaja aquí? ¡La hija de Amancio Ortega!".

Según sus compañeras de almacén, Marta es "súper tímida". "A veces no levanta la mirada del suelo. Un día, cuando todavía no sabía quién era, me fijé y observé en su muñeca un pedazo de Rolex de tres kilos. En Zara, todas podemos ir con los últimos modelitos de ropa, pero ese reloj no lo lleva cualquiera", explica una de las jóvenes españolas que trabajan con ella.

"Otro día nos tocó hacer inventario y allí estaba Marta, contando como yo. Intercambiamos algunas palabras. Marta siempre con la voz muy baja, casi como si fueran susurros. Ella está atenta al almacén, sale, mira etiquetas, dobla la ropa. Lo del inventario es muy duro, pero ahí estaba, etiqueta para arriba y etiqueta para abajo. Es una chica muy discreta, muy normal. Excepto por el reloj, claro", desvela una compañera.

En los próximos días, la hija de Amancio Ortega viajará a Singapur y Japón, para seguir aprendiendo cómo funciona la empresa que le va a tocar dirigir. Esta gira mundial acabará tal y como empezó: en el Zara de Chelsea. Entonces, Marta ya sabrá lo que es pasar por los distintos departamentos del gigante: desde las ventas hasta el diseño.Y, probablemente, no olvidará lo que supone poner etiquetas o doblar ropa. Igualito que su padre.