Este será, por el momento, el último fin de semana en prisión de Jacobo Piñeiro Rial. El autor confeso de la muerte de dos gais en la calle Oporto de Vigo en julio de 2006 saldrá de prisión el martes al cumplirse los cuatro años máximos de prisión provisional que marca la ley sin que haya dado tiempo a celebrar el nuevo juicio a tiempo. Y las alertas ya se han disparado, al menos por parte de la Fiscalía, que ayer mostró su temor a que finalmente no se le pueda poner la pulsera telemática o brazalete GPS de control que el mismo ministerio público había solicitado al sostener que la ley sólo contempla este supuesto en casos de violencia de género.

En todo caso, la última palabra la tendrá la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, sala en la que se celebrará la vista y que deberá dictar el auto de medidas cautelares que ayer por la tarde, a sólo cuatro días de la excarcelación, aún no había sido notificado a las partes. Tampoco había llegado ningún mandamiento de libertad a la cárcel de A Lama, donde se encuentra ingresado el acusado, aunque esta notificación podría comunicarse el mismo día de la excarcelación.

"La Fiscalía solicitó la pulsera GPS, pero no estamos seguros de que sea posible porque la ley sólo la contempla en casos de violencia de género", afirmaba ayer el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro. Otras fuentes del ministerio público reconocían que pese a que "no hay ningún reglamento específico que la autorice", deberá ser el tribunal el que "adopte la decisión".

A la espera de conocerse el contenido del auto, posiblemente el lunes, las medidas cautelares que a día de hoy se dan prácticamente por seguras son la retirada del pasaporte a Jacobo Piñeiro así como la obligación de comparecer todos los días en la Audiencia.

¿Bastarán estas medidas para evitar una posible fuga del autor confeso del doble crimen de la calle Oporto? El responsable de estas muertes saldrá de la cárcel el martes -algunas fuentes decían que incluso el lunes- y el juicio con jurado no comenzará hasta el 16 de septiembre. Jacobo Piñeiro estará en libertad dos meses, un dato que no pasa por alto la Fiscalía, que admite que ese riesgo de fuga existe. "Hay una petición punitiva (60 años de cárcel) muy seria y él lo sabe", afirma Aladro, quien recuerda que el Ministerio público trató "por todos los medios" y hasta "la saciedad" de acelerar la vista oral para que no se llegase la excarcelación.