La Policía Nacional ha logrado resolver el caso del menor cuyos restos óseos fueron hallados esta semana en Mahón (Menorca) dentro de una maleta. Los agentes detuvieron a la madre del niño, una gallega de 30 años de edad residente en la isla balear, como presunta autora de la muerte, ocurrida en 2008 cuando la víctima solo tenía nueve años. La mujer, Mónica J.F., habría confesado que metió el cadáver en la maleta y la abandonó en una zona boscosa. Sin embargo, niega que lo matase y sostiene que al llegar a casa encontró al pequeño sin vida y que no vio otra forma de deshacerse del cuerpo más que metiéndolo en la maleta. La policía, sin embargo, duda de su versión y le imputa un delito de homicidio por la muerte de la víctima, a la que la joven en vida llamaba "sobrino" ante los vecinos. La desaparición del niño nunca fue denunciada y parece ser que cuando la gente le preguntaba por él, esta madre soltera decía que lo había enviado a vivir a Galicia con su familia.

El viernes la policía conseguía identificar el cadáver encontrado por dos personas tres días antes junto al torrente de la finca de Binidalí, zona poco transitada de la costa sur de Mahón. Los análisis determinaron que era un niño que ahora tendría once años, pero que falleció cuando cumplió los nueve. Su muerte se sitúa en la primavera de 2008, hace ya dos años y medio. La detenida -en la actualidad con pareja estable y trabajo- era madre soltera y ella sola había criado a su hijo: natural de Galicia, residía en Mahón desde hacía años. El menor no estuvo escolarizado y su desaparición nunca fue comunicada a la policía.

El primer análisis del esqueleto hallado en la maleta ya indicaba que correspondía a una persona muy joven. Finalmente, los investigadores consiguieron identificar los restos óseos a través de las prendas y objetos que había en la maleta. En especial fue fundamental la aparición de unos cómics y cromos infantiles de una serie de monstruos, que sirvió a la Policía para fijar la fecha aproximada de la desaparición del menor.

Única sospechosa

La mujer se ha convertido en la única sospechosa del crimen y no están previstas más detenciones. La arrestada, al negar que hubiera matado a su hijo, no entró en detalles de las causas de la muerte. Aún así, inicialmente la policía le imputa un delito de homicidio. Según informa Europa Press, los investigadores sospechan que Mónica J.F. pudo descuartizar el cuerpo, dado que cree que podrían faltar huesos, puesto que, en caso contrario, hubiera sido imposible introducir el cadáver en la maleta de viaje. Los agentes, según la misma fuente, barajan la posibilidad de que falten algunos restos óseos del pequeño, que podrían haber sido esparcidos en otros lugares, mientras que la cabeza y otras partes del cuerpo se introdujeron en la maleta.

La madre, supuestamente, no solo colocó el cadáver de su único hijo en la maleta, sino que también quiso deshacerse de sus objetos personales, que dejó junto al cuerpo: ropa y juguetes del menor. Tras abandonar el cuerpo la presunta autora del crimen siguió desarrollando una vida aparentemente igual que antes de los hechos y nadie de su entorno próximo percibió nada extraño. Y si lo notó, ninguna de estas personas lo notificó a las autoridades.