Si confesar un asesinato por teléfono nunca ha sido buena idea, hacerlo en mitad de un autobús y con un policía sentado al lado es casi una garantía de condena. Aunque parezca una historia sacada de una película, esto es exactamente lo que le ocurrió a un joven de 19 años detenido la madrugada del lunes en Madrid. El chico fue arrestado porque le confesó a un amigo por móvil que había matado a una persona en Málaga cuando viajaba en un autobús sentado junto a un policía de paisano. Según informó a Europa Press un portavoz de la Dirección General de Policía, que adelantó lo ocurrido en la página de Twitter, el crimen al que se refería el detenido se trata del homicidio de un joven con arma blanca en una reyerta ocurrida el pasado sábado en Málaga. Tras los hechos, por los que ya habían sido detenidas otras siete personas, el autor material del asesinato decidió huir a Madrid en autobús la noche del domingo al lunes.

En el transcurso del viaje, el joven confesó a un amigo en una conversación telefónica que había cometido este asesinato y que por eso se dirigía a la capital. Peor ignoraba que en el asiento contiguo al de él se encontraba un policía fuera de servicio destinado en Madrid, que al oír sus palabras contactó con la sala del 091 para que sus compañeros corroboraran si se había producido en Málaga un crimen de esas características.

Mientras tanto y para no ser descubierto por el presunto homicida, el agente de paisano se comunicó con la Policía de Madrid a través de mensajes de móvil para describir a la persona que había confesado el asesinato, y que pudieran identificarlo a su llegada a la capital para detenerlo.

Una vez comprobados los hechos, se montó el dispositivo policial en la estación de Méndez Álvaro para su detención y al bajar del autobús, el policía que viajaba de paisano se situó detrás del presunto asesino para identificarlo ante sus compañeros.