La vida de Manuel Charlín Gama, El Viejo, es una sucesión de entradas y salidas de prisión, donde pasó casi ininterrumpidamente los últimos 20 años. Jefe del mayor clan familiar de traficantes de droga a gran escala de Galicia y uno de los capos arousanos más importantes, tenía 26 años la primera vez que fue detenido y el año pasado, cuando salió, había cumplido los 78. Por edad y trayectoria es el pionero. Se inició en el chollo do fume con Vicente Otero, Terito, el mayor de los contrabandistas de la Ría de Arousa, ya fallecido. Tras la gran redada del tabaco el 3 de diciembre de 1982, en la que cayeron casi un centenar de arousanos, fue de los primeros en dar el salto al tráfico de drogas. El chollo do fume dejó de ser entonces una falta administrativa contra Hacienda para convertirse en un delito, con penas similares a las del tráfico de hachís.

En 1983 tuvo su primera condena por narcotráfico, y un año después otra por la paliza y retención en un camión frigorífico a un vallisoletano que debía 17 millones de pesetas a su hermano José Luis. "Yo mismo le abrí la escotilla al cantamañanas", aseveró. Una de sus detenciones tuvo lugar a las puertas de la cárcel de Vigo donde aparcaba su Mercedes, ya que cumplía tercer grado y salía todas las mañanas a trabajar regresando al penal solo para dormir. En otra detención lo localizaron oculto en un zulo de su casa en Vilanova.

Los "arrepentidos" pusieron al clan Charlín al descubierto. El primero en delatarles fue el vilanovés Manuel Fernández Padín con ocasión de la Nécora. Al día siguiente de ser absuelto, Garzón volvía a detener a Manuel Charlín por otra causa. Otro socio que también le traicionó corrió peor suerte. Sicarios colombianos asesinaron en su casa al cambadés Manuel Baúlo, jefe de Os Caneus, que se autoinculpó para delatarle. Su mujer quedó parapléjica .

Lleva un año en libertad, pero bajo fianza de 30.000 euros ya que debe afrontar una nueva causa por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico como imputado en la Operación Repesca junto a su mujer y sus hijos Manuel, Melchor, Oscar, Teresa, Josefa Charlín Pomares -que sigue en prisión tras su extradición de Portugal para cumplir condena- y varias de sus nietas.

Es la segunda causa de blanqueo para el clan Charlín. En la primera se decomisaron bienes por 30 millones de euros. Una parte fue subastada el pasado otoño por la Agencia Tributaria, pronto saldrán hasta los chalés en los que residen.

Pero el clan Charlín siguió ampliando capital con El patriarca en prisión. En esta ocasión se han embargado preventivamente 58 inmuebles, valorados en 12 millones de euros, en Pontevedra, Córdoba, Redondela, Padrón, Vilagarcía y Cambados y se han bloqueado unos tres millones de euros en diversas cuentas en entidades Suizas.

Sus inversiones, según la investigación se extienden hasta China, donde a través del buque insignia de su entramado financiero, la empresa Orco Galaica, habrían adquirido una depuradora de mariscos.