Un incendio intencionado que alcanzó grandes dimensiones arrasó un vertedero industrial próximo a una explotación de extracción de mineral a cielo abierto en el lugar de Bandeira, en el municipio pontevedrés de Silleda, y puso en jaque a los servicios de extinción de la zona.

Bomberos de toda la comarca del Deza y varios helicópteros tardaron seis horas en controlar el fuego que calcinó el 80% del mayor vertedero de residuos de construcción de Galicia, que ocupa 20.000 metros cuadrados. Mientras la Consellería de Medio Ambiente asegura que no hay riesgo para la población, los ecologistas alertan de contaminación por dioxinas de pintura y plástico.

Los propios empleados de la firma que gestiona la instalación (Indeza) dieron la alerta de varios focos de fuego en torno a las 07.00 horas de la mañana. Al lugar del siniestro se desplazaron los bomberos de Deza y efectivos de Protección Civil de Silleda y Lalín, además de personal de la Consellería de Medio Rural (que envió dos camiones) y medios aéreos de la Xunta.

La acumulación de toneladas de residuos con elementos de plástico y poliuretano facilitó la propagación de las llamas, así como una columna de humo visible desde varios kilómetros.

Ante sus dimensiones, el Gobierno local contactó con la Consellería de Medio Ambiente para saber si era necesario poner en marcha un protocolo de actuación con el que velar por la seguridad ciudadana del entorno. No obstante, desde este departamento se apuntó que, pese a la vistosidad del fuego, éste no suponía ningún riesgo para los vecinos, dado que el viento de componente sur lo alejó de la zona de viviendas.

Los servicios de extinción dieron por controladas las llamas en torno a las 13.00 horas y establecieron un perímetro de seguridad, aunque las capas de residuos que se acumulan en la zona implican que el fuego no podrá darse por extinguido hasta dentro de algunas jornadas, como explicó el jefe de servicio de los bomberos de Deza, Francisco Javier Valiño.

Aunque la lluvia que cayó al mediodía contribuyó a extinguir el fuego, un grupo de apoyo de la Axencia Galega de Emerxencias facilitó un equipo de iluminación para que los bomberos pudiesen seguir controlando las brasas durante la noche.

Exigen responsabilidades

El vertedero de Campomarzo cuenta desde mayo de 2010 con una autorización ambiental integrada para el depósito de inertes. Ello implica que todos los materiales se someten a un seguimiento, de modo que aquellos residuos que no sean de construcción o demolición se envían a plantas de tratamiento específico.

No obstante, desde la Federación Ecoloxista Galega se alertó ayer de la "alta toxicidad" del incendio, puesto que el humo puede contener dioxinas y furanos, procedentes de la quema de inertes con componentes de plásticos, pinturas o resinas.

Es más, esta organización entiende que se puedan producir pequeños focos de fuego, pero "resulta inadmisible que éstos acaben en un gran incendio, sin que los supuestos protocolos de seguridad eliminen el riesgo. Si fallan los protocolos de emergencia es porque existe una sucesión de errores en cadena, tanto por parte de la empresa como por la actividad inspectora de la Xunta".

Por ello, la Federación Ecoloxista pide al Gobierno autonómico que depure responsabilidades y expediente a Indeza.