Los dos hijos gemelos de la pareja estaban en el colegio en el momento del crimen. Fue la propia fallecida quien los había llevado por la mañana al centro público Carrasqueira de Coruxo, donde los menores, un niño y una niña, estudiaban tercero de primaria. Los pequeños acudieron a las clases, fueron al comedor y por la tarde tenían programadas actividades extraescolares, por lo que estaban en las instalaciones educativas cuando, poco después de las 16 horas, agentes fueron a recogerlos. La policía podría estar en contacto con familiares de los niños para que se hagan cargo de ellos tras esta tragedia familiar, según apuntaron algunos vecinos, aunque este extremo no fue confirmado oficialmente.

El crimen causó una gran consternación en el colegio, donde la víctima había trabajado el curso pasado como colaboradora en el comedor escolar. Además, había tenido otros empleos, entre ellos uno en un supermercado. "Era una chica querida, estupenda y muy bien considerada; los profesores y la gente que la conocía estamos conmocionados; nunca percibimos ninguna situación anómala o crítica que pudiese predecir lo que ha ocurrido", manifestó el director del centro educativo, Carlos Agulla.