Las pruebas forenses resultarán claves para esclarecer el homicidio de Cristina González, la viguesa muerta el martes en su domicilio de Coruxo a manos de su marido, Francisco Álvarez, del que se había separado el pasado verano. El cuerpo de la joven, a la espera de las conclusiones de la autopsia, presentaba cuatro heridas de arma blanca, una de ellas posiblemente mortal, cuando la Policía Nacional lo encontró una vez que el homicida acudió a comisaría para confesar el crimen.

El número de cuchilladas contrasta con la versión facilitada por el acusado tanto en la comisaría como en el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Vigo, donde habría admitido una única puñalada durante un forcejeo para arrebatarle a Cristina un cuchillo que ella cogió en la cocina cuando lo sorprendió en el interior de la casa, en la que residía sola la joven con los dos hijos mellizos de 8 años de la pareja desde la separación. También es contradictoria con la posición de su propia familia, que sostiene que se trata de un caso de "legítima defensa".

Las conclusiones de la autopsia se conocerán la próxima semana, y establecerán el orden en el que se produjeron las cuchilladas, cómo se causaron cada una de las heridas de arma blanca y la posición en que se encontraban tanto víctima como agresor en el pasillo de la vivienda donde apareció el cuerpo sin vida de la joven.

Las pruebas forenses determinarán también como se produjeron las erosiones que la fallecida presentaba en las manos y su marido en la cara y en los brazos, y si se trata de heridas de ataque o de defensa.

Mientras tanto, Prisiones ha activado el protocolo de prevención de suicidios para Francisco Álvarez en el centro penitenciario de A Lama, donde permanece desde el jueves en prisión provisional sin fianza por un presunto delito de homicidio.