La Diócesis de Ourense encaraba el tramo final de este año sin ninguna sustracción de patrimonio eclesiástico que lamentar, pero solo en la última semana ha sufrido dos robos en iglesias de la misma zona geográfica, la Baixa Limia, ambos en lugares recónditos del rural ourensano. El último hecho fue denunciado anteayer y tuvo lugar en la capilla de San Xoán de Baños, en Bande, al pie de la carretera que pudo servir a los autores una rápida vía de huida.

El modus operandi es muy similar a la sustracción perpetrada el pasado viernes en una iglesia del Xurés, pero el botín obtenido es más valioso. Los ladrones forzaron la entrada del templo de Bande y se apoderaron de dos objetos de arte de especial relevancia: un copón de plata del siglo XVII y un cáliz obsequiado por el rey Alfonso XIII. La copa regia era un modo de agasajar a principios del siglo XX a las parroquias más humildes como la de San Xoán. "Son obras de valor artístico y cada pieza puede valer unos 6.000 euros", calcula Miguel Ángel González, delegado de Patrimonio de la Diócesis.

En el templo, objeto de otro robo hace meses, los asaltantes saciaron su propósito llevándose, además, dos collares de bolas de una imagen de la Virgen así como 40 euros en monedas del cepillo de los feligreses. Aunque el cáliz bendecido por la corte de Alfonso XIII y obsequiado a Bande tiene una inscripción en latín que constata la procedencia del mismo, el delegado patrimonial alberga pocas esperanzas de recuperar las piezas intactas y presume que los responsables del robo podrían utilizarlas para fundir y sacar rédito al metal de plata de los objetos.

"Hay gente desesperada, en un mundo de problemas, que va a por todo. Creo que estos robos son parecidos a los que vemos todos los días en casas, empresas, etcétera", afirma consternado.

González reclama mayor intervención policial porque considera que las dos sustracciones, en una zona muy localizada rayana con la frontera hacia Portugal, en plazo tan corto de tiempo "son una llamada de atención", un grado más de temor por que proliferen nuevos robos en otros templos de lugares aislados del rural de Ourense.

Precauciones

El delegado, que también es archivero de la Catedral de Ourense y ha documentado más de 100.000 imágenes digitalizadas del patrimonio eclesiástico de Ourense, reitera su llamamiento a los administradores de zonas apartadas en una diócesis con más de 700 parroquias. "Los curas tienen orden de no dejar nada a la vista susceptible de robo, que lo retiren y usen otro tipo de objetos", dice. En el Museo Catedralicio "tenemos obras recogidas pero a veces nos topamos con la resistencia de los feligreses".

La brigada de patrimonio de la Guardia Civil está investigando este segundo robo aunque, según fuentes del Instituto Armado, "de momento no hay nada que diga si fue la misma persona o personas".