Varios animales muertos y en avanzado estado de descomposición, suciedad y escasa alimentación. Es el panorama que se encontraron agentes del Seprona de la Guardia Civil en la inspección realizada en la granja de ovejas, vacas, caballos y gallinas de Camos, en el municipio pontevedrés de Nigrán, antes de ordenar su clausura preventiva por alimentar al ganado con piensos de origen animal, prohibidos desde la epidemia de las vacas locas. Fuentes del instituto armado confirmaron ayer que el recinto se encuentra en "muy malas" condiciones higiénico-sanitarias, por lo que la explotación ganadera Rial González F. incumple de manera clara la normativa. Al propietario, F.R.G, vecino de Vigo, se le imputa un delito contra la salud pública por el supuesto uso de compuestos ilegales en la alimentación de los animales, concretamente restos de harina y frituras de pescado, además de otro delito de falsedad documental. Abierta aún la investigación, no se descartan nuevas imputaciones por el maltrato animal. Se hallaron en las inmediaciones del recinto tres ovejas y una gallina muertas. Observaron también la delgadez y síntomas de sarna que presentan algunos animales y apuntaron a la escasez de alimento y a la suciedad del entorno como causas de la situación. El dueño, que acudió ayer al lugar, rechazó ofrecer su versión. Únicamente se limitó a repetir que "todo es falso" y que la granja "no está clausurada". La Xunta niega riesgos para el consumidor pese a desconocer si los animales están enfermos.