No estuvo nunca en Galicia, que se sepa, pero su cocaína inundó en la última década los mercados de toda Europa a través de los contactos directos establecidos con los narcos gallegos. Sus grandes alijos cruzaban el Atlántico en pesqueros y mercantes que se descargaban en potentes planeadoras en las Rías Baixas, y también en contenedores procedentes de Sudamérica que entraban, entre otros, por el puerto de Vigo. El último gran capo de capos colombiano, Daniel El Loco Barrera, y uno de los más buscados -había una recompensa de 2,5 millones dólares- fue apresado en San Cristóbal (Venezuela) donde residía desde el 2008 y poseía haciendas millonarias.

El Loco Barrera, que labró a sangre su poder, cayó cuando realizaba una llamada desde una cabina telefónica frente a la iglesia del pueblo. De nada le sirvió su esfuerzo por no llamar la atención, hacerse pasar por un ganadero con un modesto automóvil, ni la documentación falsa que portaba a nombre de José Tomás Lucumí, de Cali. En el momento de su arresto estaba solo y no opuso resistencia. Según la leyenda, el último gran capo colombiano en libertad habría cortado el índice a tres de sus hermanos muertos para usar sus huellas.

El loco Barrera habría introducido decenas de toneladas de cocaína en los últimos años -al menos 10.000 al año- en España con narcotransportistas gallegos que recogían la droga en el Atlántico. Se le atribuyen las tres toneladas de coca intervenidas en agosto a bordo del mercante albanés Nikolay, valoradas en 100 millones. El buque, capturado en Cádiz llevó a la detención de 33 personas, diez en tierra, entre los que se encuentran dos de los hermanos del clan colombiano Vélez, afincado en España, y considerados lugartenientes de "El loco Barrera". Con ellos fueron arrestados el exjefe del puesto de la Guardia Civil de Corcubión, José Antonio Álvarez Otero y el arousano Manuel Prado.

También se vinculan al capo colombiano los 3.600 kilos de coca ocultos entre fruta e intervenidos en Argentina y Brasil en la operación Manzanas Blancas, con 65 detenidos, cuando viajaban hacia el puerto de Vigo en noviembre de 2010.