Ni homicidio accidental, como pedía la defensa, ni homicidio como reclamaba la Fiscalía, sino culpable de asesinato. El jurado popular encargado de juzgar la muerte de la joven orensana Laura Alonso, de 19 años, a manos de su exnovio Javier Cruz, fue contundente. Triunfa así la tesis defendida desde el primer momento por la familia de la víctima, que pedía para el acusado, de 35 años, la pena máxima por el daño irreparable que causó a la joven, y a ellos mismos, ya que han perdido a su única hija.

Con la cabeza baja, Javier Cruz escuchó el veredicto, pero se mantuvo imperturbable cuando el portavoz del tribunal pronunció la calificación de asesinato. Concluida la sesión, las fuerzas policiales lo trasladaron de nuevo a la prisión de Pereiro de Aguiar, donde está en prisión provisional desde su detención hace tres años y en la que permanece desde ayer como culpable de asesinato.

El juicio que comenzó el lunes queda así visto para sentencia, y corresponde dictarla a la presidenta del tribunal, la magistrada Amparo Lomo, en base a los hechos que el jurado ha considerado probados. Esta resolución determinará la pena que cumplirá Cruz a partir de las peticiones formuladas por las partes personadas en el proceso.

La acusación que representa a la familia mantuvo su petición de 20 años de prisión, mientras que la fiscal Ana Delgado, que defendió la calificación de homicidio por el que solicitaba 14 años, la elevó a 18. El Abogado del Estado se adhirió a esta posición, mientras que la defensa del procesado, que fracasó en su intento de demostrar que el acusado habría cometido un homicidio imprudente al arrastrar el cuerpo pensando que la joven ya estaba muerta, pidió 16 años, la pena mínima para un delito de asesinato.