La soledad en la que viven muchos ancianos puede desencadenar situaciones tan dramáticas como la que acaba de descubrirse en Francia. Un español que llevaba muerto al menos 15 años fue hallado por casualidad por los servicios municipales que buscaban el origen de unas filtraciones de agua en una casa de Lille, al norte de Francia. Alberto Rodríguez, nacido en 1921 y que en la fecha de su muerte tendría 76 años, apareció en su cama en estado esquelético y en pijama.

Fue un policía municipal el que entró en la casa, una típica construcción adosada de ladrillo rojo, después de que una vecina hubiera denunciado unas filtraciones de agua. Aunque el cadáver iba a ser examinado ayer por los forenses, "nada induce a pensar en un acto criminal", señaló el director de la seguridad pública de Lille, Didier Perroudon, que apunta a causas naturales: "El estado de la casa lleva a pensar en una muerte tranquila, en alguien que se murió en la cama". No se tiene la certeza de cuando fue el deceso y las pistas iniciales se limitan a cartas de 1997.

También se tratará de averiguar cómo ha sido posible que nadie se inquietara por el hecho de que Rodríguez no diera señales de vida en tres lustros. "Nos hará falta tiempo para descubrir de dónde vino, qué hacía y cuáles podían ser sus relaciones; no parece que tuviera familia cerca. Al ser propietario de su casa, no llamó la atención. El hecho de que nadie se dio cuenta de su muerte, probablemente porque no tenía relaciones sociales en el barrio", especuló Perroudon. "Es la muerte de un hombre solo en una sociedad en la que no prestamos atención a nuestro vecino", concluyó.