Los dos jóvenes detenidos en Bilbao por el disparo en la boca que recibió un vecino de Gondomar, que resultó herido grave en el garaje de su vivienda el pasado Viernes Santo, durmieron anoche en el centro penitenciario de A Lama. Tras varias horas de interrogatorio, la magistrada del Juzgado de Instrucción 3 de Vigo, Marisol López, ordenó a primeras horas de la tarde el ingreso en prisión provisional de Á.A.B., exnovio de la actual pareja de la víctima y autor confeso del disparo, y de su amigo David D.F., que le acompañó desde Bilbao y conducía el vehículo en el que se dieron a la fuga tras el tiroteo.

La juez les imputa a ambos un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de conducción bajo influencias de bebidas alcohólicas, ya que ambos declararon que habían consumido importantes cantidades de alcohol durante las 48 horas previas al ataque. Además, a Á.A.B. se le imputa también un delito de tenencia ilegal de armas. Él mismo llevó a los agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Pontevedra que le arrestaron en su casa de Portugalete hasta el lugar donde asegura que arrojó el arma: la ría de Zierbena, en la desembocadura del río Nervión en Bilbao. Sin embargo el arma no ha sido localizada pese al rastreo realizado por efectivos del servicio de Actividades Subacuáticas.

Á.A.B. reconoció en su declaración judicial que el pasado 28 de marzo se desplazó desde su ciudad natal de Portugalete con su amigo David a Gondomar con el ánimo de "dar un susto" al actual novio de su anterior pareja para que ella lo dejara, no con la intención de matarlo. Alegó que se introdujo en el garaje de la víctima, E.F.C., con el rostro cubierto para que no le reconocieran, pues su objetivo era dispararle en una pierna. Confiaba en que su exnovia, que mantiene ahora una relación sentimental con la víctima, al verle herido de arma de fuego sospecharía que tenía amistades extrañas que andaban a tiros, le abandonaría y volvería con él. Negó haber disparado en la cara a E.F.C. y aseguró que el tiraba a una pierna pero al joven se le cayeron las llaves, cuando iba a entrar en el ascensor del garaje, y se agachó a cogerlas en el momento en el que él apretó el gatillo.

Su amigo David D.F. corroboró que la intención con la que viajaron a Galicia era la de dar un susto a la víctima, pero aseguró que desconocía que su amigo llevara un arma de fuego. Apenas recordaba nada, matizó, porque habían bebido mucho. Así, salieron de Bilbao el día de Jueves Santo por la mañana y esa noche estuvieron de copas por el Areal de Vigo y otras localidades del entorno de Gondomar. Ambos coinciden en que durmieron en el coche y siguieron todo el Viernes Santo de cervezas. Ya por la tarde acudieron al domicilio de la víctima y mientras Á.A.B. entraba en el garaje, David le esperaba fuera. David se puso al volante, según declaró, cuando su amigo salía corriendo del inmueble. Aseguró que no le preguntó qué había pasado, pero que al llegar a la rotonda de A Ramallosa él se bajó del coche y cogió primero un autobús a Vigo y después otro a Fene, en A Coruña, donde reside su familia. Admitió que se enteró del tiro que disparó Á.A.B. cuando lo leyó en internet. De la investigación se desprende, sin embargo, que llegaron el día anterior a la agresión a Gondomar para localizar el coche de la víctima y seguirlo hasta su vivienda.