Con apenas seis horas de diferencia y en el mismo tramo del Ebro en La Cartuja (Zaragoza) han aparecido dos cadáveres, uno de ellos ya esqueleto, sin signos de violencia y sin aparente relación entre ellos.

Fuentes de la Guardia Civil han confirmado que el primer hallazgo se produjo a las 9.00 horas de la mañana del sábado por un vecino de Zaragoza que alertó de que en el llamado paraje de la Huerta Honda había avistado restos humanos.

Trasladada al lugar una patrulla del puesto de la Guardia Civil de Casablanca, se constató que entre las ramas y la maleza de la orilla del río había quedado atascado un esqueleto humano, que posiblemente "podría haber sido arrastrado por las últimas crecidas del Ebro".

La Policía Judicial de la Guardia Civil y el juez de guardia, así como un médico forense, se trasladaron al lugar, donde reconocieron los restos, un esqueleto de huesos limpios al que, al parecer, le podrían faltar algunas extremidades.

De momento no se ha podido fijar la edad o el sexo de los restos, que han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de Zaragoza para intentar determinar su identidad.

El esqueleto es de "huesos viejos", precisan desde la Guardia Civil, y por eso tampoco se descarta que pudiera tratarse de un cuerpo que el río, en la última crecida, hubiera removido de su tumba.

El otro cadáver fue localizado a las 14.00 horas por un vecino de El Burgo de Ebro que practicaba con un kayak en el río y que vio un cuerpo flotando en el agua, boca arriba, a la altura de la depuradora de La Cartuja.

La Guardia Civil acudió al lugar de los hechos pero, dada la orografía del terreno, que dificultaba el rescate, hubo que esperar a que acudieran los especialistas del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS), que tiene su sede en Huesca, motivo por el que se demoró la recuperación del cadáver.

A las 18.10 horas se pudo rescatar el cuerpo, que correspondería a un hombre de entre 55 y 65 años, de raza blanca, que vestía un pantalón chino, una camiseta y zapatos cerrados, y que no presentaba signos de violencia.

Dado el estado de cadáver, el forense avanzó, a la espera de la autopsia, que la muerte podría haberse producido hace entre cuatro y siete días.