El equipo de élite de la lucha contra el narcotráfico, el ECO Galicia, con base en la Comandancia de Pontevedra, tenía dentro topos que facilitaban a los narcos las informaciones y los atestados sobre las investigaciones en marcha. Al menos dos agentes vinculados a la comandancia de Pontevedra, han sido detenidos acusados de almacenar información de las operaciones en marcha y, supuestamente, venderla al mejor postor. La operación de depuración en el seno de la Guardia Civil continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones por un supuesto delito de revelación de secretos oficiales y otro de cohecho. El cabecilla de la red sería Diego F. C., adscrito a la unidad de investigación de delitos urbanísticos que habría solicitado una excedencia de un año hace unos meses. Se da la circunstancia de que este guardia civil es hijo del que fue durante muchos años, antes de retirarse por una grave enfermedad, uno de los responsables de un Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) y que durante más de veinte años participó en grandes operaciones contra el narcotráfico en Galicia, como la intervención del pesquero Nuevo Salmón o en del Abrente.
La Guardia Civil seguía desde hace tiempo a Diego F.C., que llevaba una vida de lujo nada acorde con el sueldo que se percibe en el cuerpo, coincidiendo con el incremento de investigaciones que se frustraban y finalizaban sin resultado alguno.
Diego F.C. fue detenido el martes por la tarde y trasladado al gran chalé de O Grove en el que reside con el fin de proceder a su registro con la comisión judicial del juzgado de instrucción número 2 de Pontevedra, dirigido por Xermán Varela. Durante el operativo se requisaron de una gran cantidad de material informático en una habitación de la vivienda. En un despacho se localizaron varios ordenadores, uno de ellos de gran tamaño, numerosos pendrives, media docena de teléfonos móviles y numeroso material telemático. En cuanto se tecleó la palabra "ECO" en el mayor de los ordenadores empezaron a visionarse decenas de atestados completos, con datos de seguimientos, fotografías de personas controladas, así como sus movimientos. Esa información no solo afectaría al ECO sino también al sistema de colaboración que utilizan tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional para cruzar los datos de las operaciones que mantienen en marcha.
Una quincena de especialistas en delitos telemáticos de la Guardia Civil, llegados desde Madrid, fueron los responsables de trabajar sobre el material informático descubriendo documentación muy valiosa a la que Diego F. C. no puede tenía acceso directo ya que el agente, de 30 años, estaba adscrito a la unidad de delitos urbanísticos.