Tras confesar a la policía la autoría del crimen del farmacéutico de 72 años Tomás Milia Méndez, acuchillado la noche del viernes en su piso del centro de Ourense, su presunto asesino, Alexandru Marius Luca, un prostituto rumano de 18 años, se acogió a su derecho a no declarar ante el juez. El joven detenido horas después de los hechos, al regresar al lugar del crimen para quemar la vivienda y destruir pruebas, ha pasado su primera noche entre rejas en Pereiro de Aguiar.

Tras la puesta a disposición judicial ayer por la tarde, a las 60 horas del arresto del joven el sábado, el titular de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez, dictó prisión preventiva por cuatro delitos que suman penas posibles de más de 40 años: asesinato (podría rebajarse a homicidio más adelante), robo con violencia o intimidación, atentado a agentes de la autoridad -Marius arrolló a un policía antes de permanecer horas en fuga- e incendio con grave riesgo para la vida de las personas. El sospechoso, al que le constan dos detenciones previas por delitos menores, cerró con llave la puerta de la vivienda donde yacía muerta la víctima, tras prender fuego con gasolina. Una veintena de vecinos del céntrico edificio tuvieron que ser desalojados en mitad de la noche.

Su nuevo abogado considera que la autoinculpación no es prueba suficiente porque no se sabe "si el arma tiene huellas ni el resultado de la autopsia", y anuncia la intención del presunto asesino de cambiar su versión. De momento guardará silencio a la espera de que se levante el secreto sumarial.

El caso no se ha cerrado con el arresto y el juez mantiene el secreto de actuaciones. Los investigadores, que ya han rastreado teléfonos y explorado la coartada del marido sudamericano de la víctima, principal beneficiario del testamento, seguirán profundizando.

La versión del crimen que ofreció el joven rumano a la policía vincula el ataque con una discusión por la cantidad a cobrar tras mantener relaciones sexuales. El joven rumano ofrecía sus servicios en un portal de contactos en internet.

Los investigadores tampoco descartan por ahora la opción de un móvil económico para el crimen, dado el amplio patrimonio del farmacéutico que, tras vender su farmacia, disponía de dinero y utilizaba coches de alta gama. Como adelantó este diario, Marius se llevó por delante a un agente tras ser cacheado a última hora de la noche, con una colección de relojes de lujo robados a la víctima en el interior del maletero de su coche. Horas después regresó al escenario del asesinato para, presuntamente, borrar su rastro. Fue detenido a las 05.30 horas del sábado, cuando el incendio en el piso empezaba, y en poder del cuchillo y sábanas ensangrentadas. Sorprendido por los agentes, intentó huir y arrojó el arma a una papelera cercana. Tomás Milia recibió cinco cuchilladas, cuatro en el cuello y una en el abdomen.