El carballés José Mato Ruibal espera en una celda de la cárcel Modelo de Bogotá que el próximo 24 de octubre empiece el juicio que le llevará al banquillo de los acusados por un presunto delito de tráfico de menores y otro de falsedad. Afronta una condena de entre 30 a 60 años de cárcel, si finalmente la Fiscalía mantiene su imputación y no la cambia por la de adopción irregular como su familia señala y su abogado defiende.

El letrado César Augusto Londoño, uno de los abogados más mediáticos del país y también de los más caros, se ha hecho cargo de su defensa. El primer día del juicio solicitará la excarcelación de su cliente y propondrá que se cambie la prisión provisional por arresto domiciliario. Mato lleva encarcelado más de dos meses y la vista de excarcelación se ha aplazado hasta en tres ocasiones por una huelga de funcionarios de prisiones.

La Policía de Inmigración del aeropuerto de El Dorado puso fin al sueño de ser padres del matrimonio carballés formado por José Mato y María José Tasende, a la vez que destapó la posible venta del bebé. El 17 de julio fueron detenidos con un bebé de pocas semanas cuando iban a embarcar de regreso a España.

José Mato es, a efectos legales, el padre de la pequeña ya que su madre biológica, Ángela Fernanda Serna Ravela, inscribió como hija de ambos y ante notario a la niña, nacida en la localidad de Armenia, a la vez que habría firmado un poder para que pudiera viajar con él y adoptara las decisiones que considerara más convenientes para la menor. De ahí el supuesto delito de falsedad que se le atribuye y por lo que se ha solicitado una prueba de ADN para demostrar que José Mato no es el padre biológico de la niña, como figura en la documentación.

Cuando el carballés se acercó solo, con la niña apenas recién nacida en brazos, para pasar el control de inmigración en el aeropuerto de Bogotá, las alarmas saltaron. No era normal que un bebé de apenas unas semanas viajara solo con su padre y la madre no apareciera por el aeropuerto. El matrimonio de Carballo fue detenido, aunque María José Tasende quedó en libertad horas después, y la pequeña pasó a manos del Instituto de Bienestar Familiar, bajo cuya tutela continúa.

La desesperación de quienes deseaban fervientemente un hijo y la de una joven con un embarazo no deseado, que antes se les había ofrecido como vientre de alquiler aunque la gestación no llegó a término, tejieron el drama. El matrimonio de Carballo declaró ante las autoridades que habían pagado 18.000 euros por la niña y otros 1.200 euros al médico que medió. Ahora, María José espera en Carballo las decisiones que sobre su marido adopte la Justicia colombiana. José cuenta con el apoyo directo de su suegra y de su hermana que se han desplazado a Bogotá.

"Sólo queríamos darle a un bebé todo nuestro cariño", asevera María José que reconoce abiertamente que se movieron por el deseo "inmenso" de ser padres y que hicieron caso de "malos consejos".

Ahora suele hablar por teléfono con su marido prácticamente todos los días: "Es horrible escuchar cómo solloza al otro lado del teléfono. Me pide que luchemos para sacarlo cuando antes. Quizás nos metimos donde no debíamos. Cometimos un error, pero no se corresponde con el delito que quieren imponer a mi marido. El intentar ser padres no es un delito de esa magnitud", aseguraba María José hace unos días en el programa Espejo Público. Esta experiencia televisiva no le ha gustado; "parecíamos delincuentes", le confesó la mujer a su entorno más próximo. Por eso, de momento prefiere guardar silencio.