No vive de milagro sino también por el chaleco antibalas. En contra de lo afirmado por la Delegación del Gobierno cinco horas después del atraco perpetrado el viernes en una sucursal bancaria de Vigo, el subinspector de la Policía Nacional Vicente Allo Barona llevaba puesta la protección, según confirman a LA OPINIÓN fuentes de toda solvencia. Allo era el único agente que portaba chaleco de los cuatro que intervinieron en el violento suceso. Vanessa Lage, su compañera de patrulla de 36 años, acabó falleciendo a causa de los disparos certeros del asaltante efectuados a escasos metros de distancia. Los otros dos policías, los primeros en acudir al lugar, esquivaron los tiros lanzados por el delincuente en su suicida huida de la oficina con una empleada de Abanca agarrada por el cuello, pero consiguieron abatirlo sin consecuencias irreversibles para la rehén. Preguntada al respecto, la representación gubernamental en Galicia admite ahora que "no está claro aún" si llevaba o no chaleco el subinspector, justificando la primera versión ante todos los medios a la información facilitada "por mandos policiales de Vigo", en ese momento "escasa" por el escaso tiempo transcurrido y la "consternación" por la muerte de la agente.

El estado de salud del policía herido en el atraco, de 41 años, sigue siendo estable dentro de la gravedad. Probablemente por el chaleco, ninguna de las seis balas que recibió acabó perforando su cuerpo. Con todo, la cercanía de los disparos generó un impacto brutal, provocándole fuertes contusiones -sobre todo en el pulmón- que a punto estuvieron de costarle la vida. Sin esta protección se entendería el porqué del daño irreparable que le provocaron dos tiros a su compañera Vanessa, que murió al poco de llegar al hospital tras una desesperada reanimación a las puertas de la sucursal bancaria.

En el chaleco reside la clave de la desigual suerte que corrieron estos dos agentes de la Policía Nacional. Sin embargo, en la rueda de prensa del viernes en la comisaría de López Mora parecía seguro que ninguno de los dos lo llevaba puesto en la peligrosa intervención ante la oficina bancaria dada la contundencia expresada por quienes protagonizaron la comparencia: el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva; el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello; Guillermo Sánchez, jefe provincial de la Policía Nacional; Eusebio Fraguas, jefe superior de la Policía Nacional en Galicia; y Feliciano González, jefe de la Unidad de Coordinación Local de la Comisaría de la Policía Nacional en Vigo. "Lamentablemente ninguno", contestó Villanueva a la pregunta de si alguno de los agentes heridos disponía de la eficaz protección.

Ahora la delegación del Gobierno reconoce que "puede haber novedades". Una portavoz reveló a este periódico que ayer, cuando el delegado acudió a la capilla ardiente instalada en la comisaría viguesa por la agente fallecida en acto de servicio había recibido nuevos datos que sugieren que el subinspector llevaría puesto el chaleco. "No está claro todavía; la investigación sigue abierta", agregó, para a continuación avanzar que la confirmación plena llegará a medida que los agentes actuantes se recuperen del shock y el subinspector esté en condiciones de aclararlo.

Al dolor que siente el cuerpo policial estos días apeló ayer en Vigo el secretario de Estado para la Seguridad, Francisco Martínez, para eludir las explicaciones sobre lo sucedido el viernes en Vigo. En todo caso, avanzó que "por supuesto, todos los hechos se van a revisar; serán objeto de investigación, tanto la que está realizando el juzgado como por supuesto la investigación policial, de tal manera que se pueda conocer lo que ha sucedido y extraer las conclusiones oportunas".