La parroquia lucense de San Breixo de Parga (Guitiriz) enmudeció ayer a mediodía para despedir con todos los honores a la agente de la Policía Nacional Vanessa Lage Carreira, fallecida el viernes en el violento asalto a una sucursal bancaria de Vigo. La iglesia se quedó pequeña para acoger a los cientos de compañeros, amigos, familiares y vecinos que a título particular se sumaron al homenaje póstumo que se le rindió a la joven policía en esta aldea de Guitiriz de donde era natural su familia.

El féretro de la agente de 36 años abandonó la comisaría viguesa pasadas las once de la mañana en un coche fúnebre escoltado por docenas de agentes uniformados de la Policía Nacional y la Policía Local de Vigo. La comitiva salió envuelta en silencio y ante la atenta mirada de autoridades, agentes de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad y vecinos de los alrededores que se acercaron para mostrar su respeto.

En absoluto silencio llegó el coche dos horas después a la iglesia parroquial de San Breixo, donde de nuevo cientos de vecinos, familiares y agentes de Policía Nacional y Guardia Civil aguardaban los restos mortales de Vanessa Lage. Coronas llegadas desde todos los puntos de España llenaban las inmediaciones del templo ante la falta de espacio en el interior.

Ramos desde las comisarías de Gijón, Badajoz, Málaga, de la Policía Federal de México, de todas las instituciones públicas y de entidades como el Celta. Un manto de flores precedía la entrada del féretro que portaban compañeros de la víctima y ya en el interior se quedaron únicamente los más allegados. En primera línea, su padre, Juan Emilio, y sus cuatro hermanos, Inés, Juan Carlos, Óscar y Álvaro, mientras cientos de personas seguían el funeral desde fuera en absoluto silencio.

El párroco de esta pequeña aldea lucense ensalzó la labor de la agente fallecida: "Vanessa ha muerto solamente por hacer el bien", destacó el sacerdote que insistió en el "sentir común" entre sus compañeros y los ciudadanos particulares que se muestran "llenos de dolor, tristeza e impotencia" ante el desenlace de un fatídico intento de atraco que aún mantiene en estado grave a otro agente, Vicente Allo Barona, compañero de Vanessa, herido durante el operativo.

"Vanessa velaba por la sociedad en el ejercicio de su profesión", volvió a destacar durante la celebración religiosa el sacerdote. Concluidas las exequias, uno de los asistentes no pudo evitar expresar en alto el desconcierto de muchos de los asistentes: "Era una chavala, era tan joven, por Dios...", estalló este vecino mientras el párroco insistía en que "el mal está presente" y, en ocasiones, "acaba en muerte".

Tras el breve acto religioso e íntimo celebrado el sábado en la Comisaría de Vigo y en el que se le impuso a la joven agente la Medalla de Oro al Mérito Policial, no todos los compañeros de la agente se trasladaron ayer a Guitiriz. Pero aún así no había espacio para todos los que se trasladaron a Lugo para arropar a la familia y que portaban con orgullo entre las manos la gorra y la placa de Vanessa, la "peque" del grupo, como la recuerdan todos con cariño: "Siempre estaba sonriendo", "Vivía el uniforme. Era muy dialogante, nada acelerada. Tranquila y siempre la primera", recordaban en la capilla ardiente instalada el sábado en la comisaría viguesa.