Un sistema de robo bastante excepcional que ha vuelto a repetirse al sur de la provincia de Pontevedra: una explosión intencionada causada con gas en una cajero bancario para hacerse con un considerable botín. Pasadas las 4 de la madrugada de ayer los vecinos de la sucursal de Abanca en el barrio de la Estación de Guillarei (Tui) se despertaron sobresaltados por el ruido. Una fuerte deflagración reventó el cajero de la entidad, causó importantes daños en la sucursal y gran alarma en los inquilinos del piso superior del inmueble: una niña dormía en su habitación, justo encima del cajero. Los ladrones lograron llevarse un botín de unos 30.000 euros.

Fue cuestión de segundos, pero varios testigos consiguieron ver huir a dos hombres con la cara cubierta en un vehículo pequeño, de color oscuro y con matrícula portuguesa. Los ladrones rompieron la cristalera de una de las puertas de acceso al cajero a martillazos, para utilizar después un gas explosivo, posiblemente acetileno y reventar el expendedor. Con la explosión salieron volando cristales y billetes que quedaron por el suelo, aunque algunos se quemaron. La Guardia Civil y la GNR de Portugal rastrean la zona fronteriza en busca de los delincuentes.

El estruendo alertó a los vecinos que escucharon a los ladrones decir en alto y en español: "¡Vamos, vamos!", según relata uno de los testigos. Los residentes notaron un intenso olor a pólvora en la calle y los bomberos de O Porriño ventilaron el lugar.

Los ladrones huyeron en dirección a la carretera Tui-Salvaterra y dejaron abandonadas en la acera unas gafas, una navaja y una mochila que resultó sospechosa y fue registrada por efectivos del Tedax para descartar la presencia de explosivos.

Todo quedó en un susto muy grande, dijeron los vecinos. A las 04.13 horas daban aviso por teléfono a la Policía Local de lo ocurrido.

El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, confirmó la investigación conjunta con las autoridades policiales portuguesas y no descartó la implicación de más personas en el robo.

El alcalde de Tui, Moisés Rodríguez, acudió de madrugada al lugar después de recibir la alerta. En un principio no se descartó que se tratase de la actuación de un grupo radical, comprobándose después que el objetivo fue exclusivamente el robo del dinero en el cajero, muy utilizado al estar cerca de la estación de tren.