El hombre que este viernes supuestamente acuchilló a su mujer en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), tras lo que ha fallecido, no tenía orden de alejamiento pese a los indicios de supuesta violencia de género que tenían los investigadores tras el supuesto asalto denunciado el día 3 de abril en su vivienda en Pazos, en el municipio ourensano de Verín.

Según han informado a Europa Press fuentes de la Policía Nacional, sobre las 7,00 horas de este viernes recibieron en la Comisaría de Ourense el aviso del CHUO de una agresión a una mujer ingresada con arma blanca supuestamente cometida por su marido, quien se autoagredió, posteriormente, cortándose las venas.

Al lugar han acudido agentes de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional; así como del Servicio de Atención a la Familia de este cuerpo que se encarga de violencia de género; y de la Policía Científica, para inspeccionar el lugar, además de la comisión judicial formada por juez y forense.

La Policía Nacional y la Guardia Civil no tenían constancia de denuncias previas por malos tratos en esta pareja residente en Verín pese a que, a raíz de la tentativa de robo con violencia supuestamente ocurrida en la noche del 2 de abril y denunciada el día 3, los investigadores tenían indicios de violencia de género pero sin pruebas concretas.

Fue el propio marido, de 76 años, el que el día 3 denunció que la noche anterior habían entrado varias personas tras forzar la puerta y agredieron a su mujer cuando estaba viendo la televisión mientras el se encontraba en la cama y no se había enterado de lo sucedido.

La mujer, de 66 años de edad, fue evacuada en primera instancia al Hospital de Verín y después al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, donde estuvo vigilada en el servicio de reanimación hasta que fue trasladada a planta, donde fue acuchillada este viernes por su marido.

No hubo petición de orden de alejamiento

El Juzgado de Instrucción Número 1 de Verín, al que se remitieron las diligencias por la tentativa de robo con violencia investigada a principios de abril, no recibió petición formal para emitir una orden de alejamiento por parte de las fuerzas de seguridad que asumieron la investigación, pese a que éstas tenían indicios, pero no pruebas, según han puntualizado, de supuesta violencia de género.

El juzgado ha aclarado que "en ningún momento", según han informado fuentes judiciales a Europa Press, se solicitó que se restringieran las visitas de la pareja de la ingresada cuando se encontraba en la UCI del CHUO y que, al ser llevada a planta por criterio médico, la jueza dijo a la Guardia Civil que "si consideraba que tenía que vigilarla" en planta "extremara las precauciones" que considerase convenientes.

Las mismas fuentes judiciales han puntualizado que, según la ley, no se pude restringir la libertad básica de una persona si no hay indicios claros hacia esa persona o si la víctima no está en situación de claro peligro y por una sospecha, sin pruebas que sustenten la adopción de esa medida de protección, no se puede dictar orden de alejamiento.

La investigación del crimen registrado en el CHUO ha sido asumida por la Policía Nacional que está a la espera de que el presunto agresor, que ha sido intervenido quirúrgicamente tras autolesionarse, se recupere para poder tomarle declaración.

El Juzgado de Instrucción Número 3 de Ourense ha asumido las diligencias de este supuesto crimen de violencia de género y ha decretado el secreto de las actuaciones.