Varias inspecciones en el domicilio, búsquedas por sus lugares de paseo, el análisis de las llamadas y dos centenares de entrevistas con familiares, vecinos y testigos. Ese fue el esquema policial para dar con el paradero de la ourensana Socorro Pérez. La localización del cadáver y la confirmación de que la mujer perdió la vida en circunstancias violentas tras recibir un fuerte golpe en la cabeza (se va a comprobar si fue víctima de una agresión sexual), varían la pauta de la investigación.

Los agentes se disponen a buscar alguna pista o cercar a posibles sospechosos, volviendo a los interrogatorios en el entorno familiar, vecinal y laboral de la mujer, así como acudiendo a los testigos que ya habían sido entrevistados por la Policía Judicial con anterioridad. Entre las manifestaciones importantes está la de un antiguo conocido que llamó para asegurar que había visto a la mujer en un bar, regresando a casa. Hace pocos días matizó que se había equivocado de jornada.