El conductor del autobús español con 59 personas accidentado el domingo en Lille (Francia) al empotrarse en un túnel fue imputado ayer por "heridas involuntarias" y "violación deliberada de una obligación particular de seguridad o prudencia", pero quedó en libertad bajo control judicial.

El chófer puede volver a España, con la obligación de responder a las convocatorias que reciba hasta la fecha del juicio. El conductor, que cubría la ruta entre Bilbao y Ámsterdam, puede volver a conducir en España, pero no en Francia hasta que se decida la sentencia. El juez retuvo los cargos solicitados por la Fiscalía, que podrían suponer pena de tres años de cárcel y multa.

El accidente tuvo lugar el domingo a las 05.29 hora local cuando el vehículo, que cubría el trayecto entre Bilbao y Ámsterdam, se quedó sin techo e incrustado en mitad un túnel demasiado bajo -de 2,60 metros- del Grand Boulevard de la periferia de Lille.

El conductor, que dio negativo en las pruebas de alcoholemia y estupefacientes que se le practicaron el domingo, admitió durante su interrogatorio ante la el Ministerio público que se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta. El embajador de España en Francia, Ramón de Miguel, señaló ayer que el hombre está "muy traumatizado" y recibiendo asistencia de los servicios consulares que se encargan "de la defensa de los españoles con problemas jurídicos en este país". El diplomático español dijo también que espera que el juez valore que no ha habido víctimas mortales y que los pasajeros se están recuperando.

Cuarenta de los 53 estudiantes vascos que viajaban en el autobús siniestrado el pasado domingo regresaron ayer a Euskadi con el "susto" todavía en el cuerpo, pero "contentos" de poder estar de nuevo en casa. Algunos de los chicos tenían vendajes y magulladuras visibles en sus cuerpos. Los otros 13 viajeros continuaban aún ayer hospitalizados en Francia, aunque ya fuera de peligro.