"Las pequeñas no tenían culpa ninguna... si se quería matar, ¿porqué no empezó por él mismo?". Eso exclamaba ayer uno de los familiares de la madre de las dos niñas asesinadas en el crimen del parricida de O Casal. La noticia corrió cómo la pólvora en Moraña por lo que pronto se formó un corrillo en torno a la vivienda en la que sucedieron los hechos.

"¿Cómo puede estar una madre que acaba de perder a sus dos hijas de esta forma tan repugnante? Mal, muy mal, estamos los que todavía no nos lo terminamos de creer y ves cómo lo están tratando de asimilar... es terrible", comentaba otro miembro de la familia que residía en las próximas casas. Algunos de los vecinos recordaban además los problemas de convivencia que generaba David Oubel. "Cuando se separó empezó a poner música muy alta, molestaba a veces, y también la casa empezó a tener más actividad", señalaba una de las vecinas.

Varias fuentes vecinales apuntaban a que la separación entre los padres de la niña había sido traumática luego de que ella decidiese abandonar la vivienda familiar en la que se habían instalado hace pocos años tras haber sorprendido a su marido en una relación con otro hombre. "Fue un cabrón cuando fue la separación y ahora la remató, pero si me dicen que iba a pasar esto, no me lo imaginaba", señalaba uno de los vecinos. Y es que en las primeras horas de estupor, los llantos y la ira convivieron en el grupo de vecinos que esperaban junto con los medios a conocer más datos sobre la situación. Llegó hasta el punto en el que uno de los presentes identificó el presunto coche de la pareja y propuso "volcarlo" gritando: "Este tienen tanta culpa como el otro", aunque finalmente fue calmado por los presentes.

Indignación y rabia también estuvieron presentes en el día de ayer ante el terrible crimen perpetrado presuntamente por David Oubel. Su relación con los vecinos, era por momentos conflictiva, como reconocían algunos de los que se arremolinaron ayer en torno a la vivienda para saber qué sucedía, aunque algunos ya se habían cruzado algunas palabras con el padre de las niñas ayer.

"Están donde deberían estar"

"Se escucharon gritos y se acercaron a ver qué había sucedido, le preguntaron por la niñas", indicaba uno de los vecinos. "Le preguntamos que qué tal estaban las niñas y lo que nos respondió fue que 'están donde deberían estar", confirmaba otro vecino cuya relación con la madre era más próxima. Además, aseguraba que cuando los padres de las pequeñas se separaron "montaron un lío tremendo y él cambió, de repente se empezó a cuidar más su imagen. Antes de eso ya hablaba poco, pero después dejó de relacionarse con los vecinos".