Los dos ocupantes de un ultraligero fallecidos esta mañana en un accidente cuando el aparato hacía la maniobra de despegue en el campo aéreo de Viladamat son dos españoles de la localidad mallorquina de Binissalem, ha informado el jefe de instructores de la instalación gerundense, Jordi Sierra.

En la maniobra de despegue, el aparato ha chocado con una caseta de un huerto muy cercano a la pista del campo aéreo y se ha incendiado.

Sierra ha sido una de las dos primeras personas que han acudido al lugar del impacto y, aunque ha intentado apagar las llamas, ha tenido que esperar a la llegada de los bomberos, ya que la aeronave accidentada iba cargada al máximo de combustible, puesto que se dirigía a Castellón en el marco de un itinerario por España en el que participaba, denominado Ruta Ibérica.

El instructor de Viladamat ha aludido como causas del siniestro a "la poca densidad del aire, aunque la pista es larga y ancha", y a que el avión ha intentado despegar "un poco antes de tiempo, y eso le ha hecho rotar a la derecha por el propio peso que llevaba y chocar con la única casa que hay al lado del campo de vuelo".

"No ha sido que el aparato haya fallado; son ultraligeros superseguros de ultima generación", ha puntualizado Jordi Sierra, quien ha apelado a la "mala suerte" por ese cúmulo de circunstancias, a las que se sumaba el sol en contra.

Sierra fue el encargado ayer del repostar el aparato y conversó con sus propietarios, "gente experimentada y conocida en el sector, que procedía de Binissalem", localidad que cuenta también con un campo de vuelo, con el que ya se ha puesto en contacto.

En total, once ultraligeros debían partir hoy de esta instalación gerundense con destino a Castellón, aunque sólo lo han hecho seis y el resto han permanecido en tierra tras el accidente al adoptarse esta decisión para evitar que el impacto psicológico afectase a los pilotos.

Uno de los responsables de los bomberos desplazados al lugar del siniestro, Josep Mateu, ha detallado que la aeronave se ha levantado unos dos o tres metros, pero que un ala ha tocado tierra y ha chocado con la caseta del huerto para incendiarse de inmediato.

"Cuando hemos llegado, no se podía hacer nada, los dos ocupantes habían muerto probablemente a causa del impacto", ha relatado Mateu, quien ha explicado que la labor suya y de sus compañeros ha consistido en apagar el incendio y preservar los cuerpos, a la espera de que los investigadores determinen las causas del accidente.