La antigua nave de Freiremar en Orillamar fue ayer pasto de las llamas en un voraz incendio visible desde toda la ría que obligó a desalojar a más de 300 personas de la conservera Albo, la juguetería Toys R'Us y un parque infantil. Las instalaciones, de más de 4.000 metros cuadrados se encontraban en obras ya que la nueva concesionaria, Frigalsa, las adaptaba con destino a un gran frigorífico industrial que debía entrar en funcionamiento en septiembre y cuya primera carga de túnidos ya estaba en camino. Todo apunta a que la chispa de un soplete durante una soldadura prendió en el antiguo aislamiento de la factoría, que era combustible, y se propagó en cuestión de minutos devorando la nave, según informó el alcalde, Abel Caballero, que se desplazó al lugar del siniestro, al igual que el presidente de la Autoridad Portuaria, Ignacio López Chaves, que puso a disposición de los servicios de emergencia todos los medios con los que cuenta el Puerto.

"Intentamos apagar el fuego con un extintor, pero las llamas nos rodearon enseguida, menos mal que pudimos salir todos los que estábamos dentro y no hay heridos ni desgracias personales. Lo primero fue ver que estábamos todos a salvo", explicaban los operarios, fuertemente impactados, mientras las llamas devoraban las instalaciones y los cristales estallaban. Peor suerte tuvo un bombero que tuvo que ser atendido en una de las ambulancias por un golpe de calor al sufrir una sobrecarga calorífica mientras participaba en la extinción del fuego. Aunque apenas dos horas después los bomberos daban por controlado el incendio, no se consideró extinguido hasta pasadas las seis de la tarde ya que había que refrescar las llamas que quedaban bajo los escombros. Los equipos de Policía Científica y Judicial de la comisaría se han hecho cargo de la investigación.

Numerosas llamadas de teléfono colapsaron la central de los bomberos a las 12 del mediodía y de inmediato se puso en marcha un protocolo de emergencias en el que participaron también la Policía Nacional, la Policía Autonómica y la Policía Local, además de efectivos de la Autoridad Portuaria que con un remolcador suministraban agua desde la rada.

El primer objetivo de los bomberos era impedir que las llamas se propagasen a la nave contigua de la conservera Albo y lo consiguieron, si bien no pudieron evitar que ardiera una almacén lleno de conservas de la firma que reventaron a causa del fuerte calor que soportaron y cuyo aceite se vertió alimentando el incendio. Existía preocupación también por el estado estructural de la medianera entre la nave de Frigalsa y Albo, que será inspeccionada en los próximos días.

El incendio no ha dejado daños personales "de ningún tipo" , avanzó el regidor, Abel Caballero, aunque sí graves daños materiales en la fábrica, que sufrió el derrumbamiento de una parte y en la cual "se perdió todo" el material que allí estaba, incluidas las conservas que la compañía Albo, en plena campaña del mejillón, guardaba en una zona alquilada para tal fin. Y es que las obras de rehabilitación y adaptación de la nave que iba a empezar a explotar Frigalsa el mes que viene estaban ya muy avanzadas y habían supuesto una importante inversión.

Incendio controlado

Pasadas las 2 de la tarde se autorizaba la vuelta al trabajo de los trabajadores de Albo, en la factoría situada en una nave vecina a la de Freiremar. A la misma hora se autorizaba la retirada de los coches de los garajes de las inmediaciones y la reapertura del establecimiento de la firma Toys R'Us.