El padre del presunto parricida sufrió una crisis médica después de que el viernes su hijo protagonizara uno de los crímenes más sórdidos de los últimos tiempos. Aquejado del corazón, precisó la asistencia en el centro de salud de Caldas, desplazado en ambulancia, ante el riesgo de que el gran disgusto dañase el delicado órgano.

Difícilmente podría imaginar años atrás, cuando ya jubilado regresó de Avilés -donde creció el doble asesino-, que su hijo cometería uno acto de tal violencia, llevándose a dos nietas por delante. Todo por ánimo de venganza hacia su exmujer, según se baraja como principal hipótesis.

Vecinos de O Casal han comentado la grotesca jornada a la que tuvo que hacer frente este hombre cuando empezó a extenderse la voz de lo que había ocurrido en la vivienda de su hijo. Los agentes no le dejaron acceder a la casa, ya escenario de un crimen, pero todo parecía confirmar la pesadilla de la que rápidamente todo el pueblo estaba enterado. Otros lugareños apuntaron en televisión que su reacción fue más violenta y que se dirigió al hospital de Montecelo sabiendo que su hijo estaba allí tras haber provocado cortes. Sería allí donde habría sufrido un infarto, extremo que, en cambio, descartan fuentes próximas a la familia.