Prisión provisional sin fianza. Un vecino de la provincia de León, de 27 años, ingresó en la cárcel de A Lama por orden de la juez de guardia de Vigo tras ser detenido por abusos sexuales a cuatro menores, aunque no se descartan más casos, a los que abordaba en lugares públicos y por sorpresa sometiéndolos a tocamientos. Todos los adolescentes lograron huir y alertar a sus padres. La rápida actuación de los progenitores, al interponer las denuncias en comisaría el mismo día de los hechos, permitió a la Policía Nacional su identificación en las cámaras de seguridad del centro comercial de la Estación Marítima y su posterior arresto.

El hombre, que cuenta con antecedentes por delitos contra la libertad sexual, viajó a Vigo desde León y cometió todos los ataques a los menores el mismo día. El pasado 28 de julio cuatro menores, acompañados por sus padres, denunciaron en la comisaría viguesa que habían sido víctimas de abusos sexuales. La primera víctima, un adolescente de 14 años, fue abordado a las diez de la mañana en la calle Arquitecto Xosé Boo. Un hombre se le acercó y le tocó los genitales por encima del pantalón. Sin capacidad de reacción, el menor salió corriendo asustado.

El mismo día a las cinco de la tarde, otro adolescente fue abordado a la altura de una conocida pizzería en García Barbón. Un individuo le adelantó por la acera, se giró de golpe delante de él y le tocó los genitales. La víctima escapó perseguida por el agresor que le dirigía preguntas obscenas. El menor, también de 14 años, logró zafarse de su perseguidor al ver venir a unos amigos y unirse a ello, momento en el que el hombre se marchó corriendo.

La tercera de las denuncias la presentaron dos jóvenes de 15 y 17 años. Estaban en la tiene de electrónica del centro comercial de la Estación Marítima y uno de ellos se agachó para ver material expuesto y notó que alguien le tocaba los genitales. Sorprendido pensó que había sido un malentendido, pero el mismo hombre intentó volver a tocarle. Los dos menores salieron corriendo y se dirigieron a la planta superior del centro comercial, pero el individuo les siguió e intentó rozar el cuerpo de uno de ellos ala vez que les decía frases obscenas. Ambos huyeron y alertaron a sus padres de lo ocurrido.

El ataque en pleno centro comercial quedó grabado en al cinta del vídeo de seguridad que la policía visionó aquel mismo día. Los agentes comprobaron que el relato de lo ocurrido coincidía con lo denunciado por los menores y se puso en marcha un dispositivo urgente para localizar al individuo. De la grabación se obtuvo una fotografía que se distribuyó entre todos los coches policiales de servicio.

Días después una coche patrulla localizó al joven buscado por abusos sexuales a menores muy cerca de la comisaría en Traviesas. Cuando le pidieron la documentación comprobaron que también tenía el tatuaje que todas las víctimas habían descrito, por lo que fue detenido. Una vez que se le tomó declaración, en la base de datos policial se comprobó que le figuraban antecedentes anteriores relacionados con delitos contra la libertad sexual.