La bebé de seis meses hallada muerta en una habitación de un hotel de Santiago de Compostela falleció por asfixia mecánica. El informe preliminar de la autopsia realizada al cuerpo de la menor confirmó que su muerte no se debió a causas naturales, que no fue accidental, lo que no vino más que a ratificar las sospechas de la Policía Nacional, que el mismo lunes, tras descubrir el cadáver de la niña, procedió a detener a la madre, la única persona que estaba en la habitación con la pequeña, al apreciar suficientes indicios de que se trataba de una muerte sospechosa. La mujer, que cayó en numerosas incongruencias, presentaba un fuerte shock y fue trasladada por este motivo al hospital. Ayer seguía en el área de Psiquiatría de un centro sanitario de la capital gallega y, debido a su estado, aún no ha podido ser interrogada por los agentes ni tampoco se ha producido su pase a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago, trámite que está a la espera de que mejore su estado de salud.

Todavía son muchas las incógnitas que rodean la muerte de la menor. La pequeña y sus padres, de origen venezolano y nacionalidad alemana, estaban alojados en un hotel del compostelano barrio de San Lázaro ya que al menos el hombre asistía al XXII Congreso Gnóstico Internacional de Antropología, una reunión que arrancó el 27 de agosto y cuya clausura estaba prevista para ayer y que, bajo el lema Peregrinando hacia el ser, abordaba asuntos como el esoterismo.

Investigación

Por el momento, y a la espera de que la madre de la niña, a la que se imputa un delito de homicidio, pueda ser interrogada, la magistrada que lleva el caso interrogó ayer a cuatro personas en calidad de testigos. Uno de ellos es el padre de la menor y marido de la arrestada, que si bien en esta ocasión no quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación, el martes explicaba a los periodistas que había tenido una discusión con la mujer por un problema relacionado "con la niña" y que se fue del hotel. Horas después, tras asistir a la Misa del Peregrino en la catedral y cuando todavía no había regresado, recibió una llamada en la que le alertaban de lo que acababa de suceder. Los otros testigos, según fuentes de la Fiscalía que cita Europa Press, son personas que también "tuvieron contacto" con la madre de la bebé en horas previas al trágico suceso ocurrido a última hora de la tarde del lunes. Al menos alguno estaría también alojado en el mismo establecimiento hostelero.

Fue precisamente una persona alojada en una habitación próxima a donde se produjo el presunto homicidio y que también asistía al congreso la que dio la alerta ese lunes. Lo hizo, al parecer, tras escuchar gritos de la mujer que ahora permanece detenida. La situación la parecía sospechosa, hasta el punto de que pidió ayuda para que se diese el aviso al 112 y que se solicitase que acudiesen los servicios sanitarios y también la Policía.

Una vez que los agentes y los médicos entraron en la habitación donde se encontraban la madre y la niña se produjo el trágico hallazgo. La menor murió por asfixia mecánica, si bien dado el hermetismo que pesa sobre el caso no trascendió el mecanismo que impidió la penetración de aire por las vías respiratorias de la pequeña, algo que por ejemplo puede producirse mediante sofocación.

Los sanitarios que acudieron al hotel tras recibirse el aviso trataron de reanimar a la pequeña, pero ya no pudieron hacer nada por salvarle la vida y finalmente solo pudieron confirmar su fallecimiento.