La Policía Local de Ourense detuvo ayer de madrugada a un hombre de 50 años y vecino del barrio de A Rabaza que reconoció haber agredido brutalmente a su perro de caza, un Setter inglés que ya se recupera en la perrera municipal bajo los cuidados de la asociación Progape. El arrestado, aficionado a la caza, admitió ante los agentes que golpeó al animal en la cabeza con un cincel con intención de matarlo. Después lo arrojó en una bolsa cerrada a un contenedor.

Eran las 4 de la madrugada y alguien que lo vio tirando un saco a la basura llamó a la Policía Local alertando del posible maltrato animal. Los agentes comprobaron al llegar que había una bolsa verde cerrada en el que se sentía respirar y que dentro se encontraba el perro malherido, con varios golpes en la cabeza, por lo que avisaron a Progape. La presidenta de esta asociación, María del Campo, asistió al rescate del animal que estaba comatoso: "Tenía más de doscientas pulsaciones y ausencia de reflejo pupilar". Ante los indicios de que el perro había sido maltratado y con la descripción sobre el presunto autor, la dotación policial lo buscó en su domicilio.

El hombre relató que golpeó al animal con un cincel que entregó a los agentes y que después arrojó al perro al contenedor. María del Campo, presente en el operativo, mostró su indignación ante las explicaciones ofrecidas a los policías, en las que, indicó, llegó a decir que quiso matar a su perro porque "estaba sufriendo y no quería verlo así". El detenido pasó a disposición judicial y quedó en libertad.