La autopsia realizada al cadáver de Denise Pikka Thiem, la peregrina asesinada presuntamente a manos del madrileño Miguel Ángel Muñoz Blas, el criminal del Camino que fue detenido el pasado viernes en Grandas de Salime, revela que la mujer tenía dos fuertes golpes en la cabeza, uno de ellos mortal de necesidad. Los impactos, muy contundentes, se sitúan en la parte posterior de la cabeza, uno en la región occipital derecha y otro en la izquierda. Este último le habría causado la muerte, según los forenses.

El informe no establece si alguno de los golpes recibidos por la mujer fue causado por una caída, lo que daría validez a la última versión del presunto asesino. Éste declaró en la noche del pasado lunes que había propinado un golpe a la mujer con un palo en la cabeza y que la víctima había caído al suelo, impactando contra una piedra. Según esta versión, la muerte de la mujer no habría sido intencionada. Sin embargo, esta versión difiere de la que ofreció el presunto asesino a los agentes de Luarca que le detuvieron el pasado viernes. A éstos les dijo que la había golpeado en dos ocasiones.

Vicente Prieto, abogado de Muñoz, insistió ayer en que no fue un crimen premeditado. Según su versión, la mujer "pasó por allí perdida, le pidió ayuda para encontrar el camino y él le indicó dónde estaba, pero le dijo que si la podía acompañar. En un momento determinado ella se puso nerviosa, a él le dio una ofuscación o no sabemos bien qué y le golpeó en la cabeza". El golpe fue "con un palo" y al caer Denise al suelo se dio en la cabeza con una piedra. "Él estuvo después del golpe intentando determinar si respiraba o no. Cuando llegó a la conclusión de que estaba muerta es cuando sucedió el resto del episodio", relató el abogado en un programa de televisión. "La trasladó por un paraje inhóspito durante más de dos horas y la enterró. Esa es una zona con muchos agujeros debido a la presencia de jabalíes", añadió.

Faltan todavía por esclarecer muchos aspectos del crimen. La policía ha descartado un móvil sexual. Y falta por determinar por qué Muñoz le cortó las manos y parte un brazo a la víctima. Las fuerzas de seguridad a ya habrían encontrado restos de estos miembros. Muñoz cortó las manos al cadáver -no con la sierra que había en su finca, cuyos restos no se corresponden con los de la asesinada- presumiblemente para eliminar cualquier resto de ADN que hubiese quedado en las uñas de la mujer, de lo que se infiere que pudo haber un forcejeo.

El análisis de los restos iluminará esta cuestión crucial para conocer cómo se produjo la muerte de la mujer. La policía está cotejando ya los restos con muestras de ADN aportadas por la familia de la víctima. El testimonio de la madre, dado a conocer el miércoles durante la misa celebrada en Santiago, aún impacta. La mujer se lamentó de no haber podido proteger a su hija como cuando era niña, y aseguró estar "en shock al ver que puede haber una persona tan mala" como para llevarse una vida por delante.

Imputabilidad

También se ha conocido el tenor del informe de imputabilidad practicado por los psicólogos forenses al presunto asesino, que estuvo entre el lunes y el viernes de la semana pasada en Asturias, camuflado entre los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago por el interior de la región. Según los forenses, Miguel Ángel Muñoz es perfectamente imputable y responsable de sus actos, aunque también han detectado síntomas de algún trastorno.

La defensa del encarcelado ha pedido por su parte su ingreso en la cárcel de Navalcarnero (Madrid), para que esté cerca de su familia. El presunto asesino aseguraba a sus vecinos que estaba casado y tenía una hija, aunque no había conseguido que se desplazasen con él hasta Castrillo.