Las cifras ponen los pelos de punta: 44 muertos (algunos de ellos menores) y 350 desaparecidos. Ése es el resultado de un deslizamiento de tierra que el pasado jueves tapó de golpe un pueblo cercano a la capital de Guatemala. La portavoz del Ministerio Público, Julia Barrera, indicó ayer que del total de víctimas mortales sólo han podido ser identificadas veinte. La dificultad del operativo se debe, según precisó Barrera, a que solo quedan restos de gran parte de los fallecidos. Por ese motivo, las autoridades del país hicieron un llamamiento a los afectados para que se pusiesen cuanto antes en contacto con el gobierno. Las lluvias obligaron a suspender los trabajos de rescate el viernes, que fueron reanudados a primera hora de ayer con una participación masiva de los vecinos.