La madre del bebé hallado muerto en la habitación de un hotel de Santiago el pasado 31 de agosto, durmió ayer en la cárcel de Teixeiro. Marisol Fabiola Raue Ortega, a la que no se había podido tomar declaración ya que permanecía desde el día del crimen hospitalizada por motivos psiquiátricos, pasó finalmente ayer a disposición judicial. La magistrada del Juzgado de Instrucción 1 de Santiago, Ana López Suevos, decretó su ingreso en prisión provisional, sin fianza y comunicada imputada por un delito de homicidio u asesinato, extremo que se determinará durante la instrucción de la causa, según informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

La autopsia reveló que la muerte de la pequeña, de 6 meses, no había sido accidental sino violenta y a causa de una asfixia mecánica homicida: le taparon la nariz y la boca impidiéndole respirar. La madre de la niña, que estaba sola con ella en la habitación, fue sospechosa desde el principio pese a las numerosas incongruencias que manifestaba y el fuerte estado de shock en el que se encontraba, lo que impedía su interrogatorio pues no estaba en condiciones, según el informe de los forenses que la examinaron. Precisamente debido a su estado, Marisol Raue fue ingresada en la unidad de Psiquiatría del hospital Gil Casares, hasta que ayer pudo al fin pasar a disposición judicial.

El matrimonio y su hija tienen nacionalidad alemana, país en el que residen, si bien Marisol Raue, de 34 años, nació en Chile y su marido, Raúl Serrano Martínez, en Venezuela. Se encontraban en Santiago de Compostela con su hija para asistir a un Congreso Internacional de Antropología Gnóstica que reunió a una 600 personas de distintos países.

La voz de alarma la dio un matrimonio del mismo colectivo que tenía una habitación contigua. Ambos habían estado con la mujer y la niña hasta que les comunicó, sobre las siete de la tarde, que subió a su habitación. Media hora después la mujer fue a ver cómo se encontraba Marisol y se encontró el cadáver de la pequeña sobre la cama y a su madre diciendo incoherencias. Los sanitarios del 061 se encontraron a una niña de seis meses fallecida y trasladaron al hospital su madre, en plena crisis de ansiedad. Los policías nacionales que acudieron al lugar enseguida detectaron que podía tratarse de una muerte sospechosa, como confirmó la autopsia.

La juez ordenó la detención de la madre el mismo día en que se localizó el cuerpo de la pequeña, pero transcurridas las 72 horas legales y dado que seguía sin estar en condiciones de pasar a disposición judicial la levantó a la espera de que el Hospital Gil Casares, en Santiago, informara de su estado y comunicara el momento en que podría ser interrogada. Esto ocurrió ayer, si bien no ha trascendido si declaró o se acogió a su derecho a no hacerlo.