En las entrevistas realizadas por especialistas en Psiquiatría del Imelga, Porto describió que la adopción de Asunta había sido muy deseada por su parte y también por los abuelos, mientras que Basterra, en su momento, y según palabras de Rosario, no había demostrado tanta necesidad de adoptar. Las palabras de Rosario chocan con la declaración de un abogado, amigo íntimo de la familia, testigo hace unos días. Expresó que el abuelo no era partidario de la adopción y que les había dicho que esperaran para ser padres de modo natural. Además, la prueba de personalidad de Porto realizada por los peritos evidenció "picos de ansiedad", rasgos "obsesivos-compulsivos", problemas de "control de sus emociones" y "quejas somáticas".