Rosario Porto estaba tomando un tratamiento suave, con media pastilla por la mañana, media de día y media o una por la noche. Esta era la prescripción desde el 30 de julio en adelante. Tras la muerte de la niña el día 21 de septiembre de 2013, al día siguiente Rosario Porto se puso en contacto con su psiquiatra, el doctor Touriño, para contarle lo que había ocurrido. Estaba mejor en la fase final de supervisión por parte de este facultativo; la siguiente consulta estaba para el día 30 de septiembre. El día 22, en dicha conversación, el psiquiatra notó a Porto "muy angustiada" y le recomendó aumentar la dosis de Orfidal "hasta los 15 miligramos", es decir, 15 pastillas de un miligramo cada una o tres pastillas de cinco miligramos, para soportar la situación. ¿Es posible que con este nivel de ansiolíticos en el cuerpo tuviese lagunas?, preguntaron los letrados al doctor. Este contestó en la sesión de ayer que sí, que es posible tener lagunas y que el ansiolítico cause "cierta amnesia" en la paciente, sobre todo en lo relacionado a hechos inmediatos en el tiempo; se refería la pregunta a los despistes o contradicciones en la versión de los hechos por parte de Rosario. Sería posible la pérdida de recuerdos recientes.

El psiquiatra que atendió a Rosario Porto desde agosto de 2014 hasta el 10 de octubre, Luis Ferrer, en la etapa ya en la cárcel, describió un cuadro depresivo mayor, acrecentado por "los duelos acumulados" y "síntomas de estrés postraumático".