Los equipos de rescate prosiguieron ayer la búsqueda de supervivientes del alud de lodo y residuos minerales que arrasó el jueves siete poblados del sureste de Brasil en uno de los peores accidentes mineros del país. La ruptura de dos diques en un complejo minero en el municipio de Mariana provocó una ola de barro y productos minerales que barrió todo lo que encontró a su paso a lo largo de unos 60 kilómetros, con un balance hasta ahora de un muerto, 16 heridos y 25 desaparecidos.

El alcalde de Mariana, Duarte Junior, actualizó el número de desaparecidos y avisó que este puede "disminuir o aumentar" conforme lleguen nuevas informaciones de las zonas afectadas. En la búsqueda participan unos 200 efectivos de los bomberos, la policía, la Defensa Civil y el Ejército, cuerpos que solo consiguieron llegar a las zonas más afectadas el sábado, una vez que el barro se solidificó. Hasta entonces la búsqueda se realizó en helicóptero y con drones.